Detalles de la casa del horror: hace 14 años descuartizó e incineró a una menor

Sin lugar a dudas uno de los casos más estremecedores en Bahía Blanca fue el de Luciana Jimena Moretti (15), ocurrido el 16 de octubre de 2004. La menor terminó descuartizada e incinerada en la parrilla de la vivienda de Juan José Valle al 3600, del barrio 26 de Septiembre.

Ese fatídico día Pablo Víctor Cuchán regresó de un boliche y la llamó para que fuera a su casa en Ingeniero White. Ella fue sin pensar que tenía los minutos contados.

Su cadáver fue seccionado, incinerado en una parrilla y luego sepultado en distintos lugares, la mayor parte en el patio de dicha vivienda.

Durante el juicio –a principio de julio de 2007– Cuchán intentó justificarse y dijo que estuvieron consumiendo droga hasta que en un momento Luciana se desvaneció. Él no supo qué hacer con el cuerpo.

Creyéndola muerta, la llevó hasta el fogón y la prendió fuego. Para eso utilizó «20 litros de solvente y 10 bolsas de leña», según sus propias palabras, Pero negó haber desmembrado el cuerpo.

«No veía salida alguna; en el apuro, en el arrebato, la veo recostada sobre la cama. En eso empezó a sonar el teléfono, timbre, no sé qué sonaba y…y bueno; la cargué en brazos y la llevé al quincho de mi casa», relató ante el Tribunal en lo Criminal N° 1.

«En la cabeza estaba mi vida entera, dos millones de preguntas y dos millones de respuestas que en ese momento no tenía para dar. La dejo, la apoyo en una silla en un primer momento; me estaban llamando porque llegaba tarde a trabajar; lo primero que decido es abrir las puertas –de chapa– del fogón y Luciana quedó ahí. El fogón, que tiene trabas a los costados, queda completamente cerrado», afirmó Cuchán.

«En el transcurso de lo que quedó de la mañana, busqué salida sin encontrarla porque tampoco me encontraba en un estado como para tener una salida y una explicación. Volví a mi casa, tenía miedo de que mi tía se encontrara con esa circunstancia, que se encontrara ahí y… y bueno, le pedí que me llamara cuando se vaya.

Cuchán fue más allá: «Lo primero que hice al momento de quedar solo fue ir al fogón, cuando saqué las tapas Luciana no era Luciana y el cuerpo estaba sumamente pesado. En ese momento agarré las bolsas de leña que estaban ahí, el solvente que estaba en un quinchito, rocié todo, prendí fuego y cerré la tapa», detalló.

Dijo que sobre las 18 abrió el fogón y empezó a sacar lo que había: «Junté todo, lo puse en bolsas y después lo tiré. Limpié el fogón… ordené todo…».

Fallo condenatorio

El 16 de julio de 2007, el Tribunal impuso 18 años de prisión a Pablo Cuchán por el homicidio de Luciana Moretti.

El fallo estuvo a cargo de los jueces Mario Lindor Burgos, Hugo Alberto De Rosa y Miguel Alberto Adrover, quienes, en cuanto a la acreditación del delito, tuvieron en cuenta los testimonios y llamadas telefónicas que, en la madrugada del crimen, situaron a la víctima en su casa y otra comunicación posterior, a las 7.30, que la ubica en la vivienda del acusado.

Como dato no menor destacaron que, entre las 4.20 y las 6.21 de ese día, surgen «insistentes» llamadas de Cuchán a Luciana. Los estudios científicos confirmaron también que los restos secuestrados en distintos sectores de White y Villa Rosas, así como en la casa del acusado eran de la víctima.

El estudio de ADN confirmó la existencia de manchas de sangre de la joven en las puertas de la parrilla de la casa de Cuchán. Para el tribunal el imputado intentó vanamente hacer desaparecer los restos para cubrir su «accionar criminógeno».

«Pero haber logrado impedir determinar con exactitud tanto la forma, como los medios que se utilizaron para lograr el fin propuesto, no conlleva necesariamente a obstaculizar el alcance de la necesaria certeza para sostener sin embates la muerte violenta y dolosa de Luciana», señalaron los jueces.

Como agravantes mencionaron: «La inmotivación del hecho que revela un desprecio por la vida humana y exterioriza la peligrosidad del autor y su conducta posterior al mismo, consistente en la incineración del cuerpo de la menor, a fin de hacer desaparecer los restos de la misma».

Excarcelado y «conectado»

El 19 de abril de 2016, el Tribunal en lo Criminal Nº 1, le otorgó la excarcelación a Cuchán, debido a su conducta ejemplar en la Unidad N° 19, donde estuvo alojado 11 años y seis meses sin condena firme, es decir que el fallo no había sido confirmado por la Cámara de Casación Penal.

Al salir del penal de Saavedra le dijo a su madre: «Mi deuda ya la pagué». Luego se radicó en Monte Hermoso, donde lo declararon persona no grata.

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