Pose: lanzaron la primera serie con lenguaje inclusivo

La ficción de Ryan Murphy tiene el mayor elenco LGBT de la historia y retrata la Nueva York oculta de los ’80.

«Cuando todo falla y esperaste mucho para ser algo mejor de lo que eres hoy, conozco un lugar donde puedes huir, se llama pista de baile, y allí es donde vamos. ¡Vogue (moda)! Deja que tu cuerpo se mueva con la música. Sabes que puedes hacerlo. Esto no es diferente si eres blanco o negro, si eres chico o chica: si la música te gusta, tendrás una nueva vida. Eres una súper estrella. Hagan una pose, no es difícil». Estrofa de la canción «Vogue», de Madonna.

En 1990, Madonna reflejó en su tema «Vogue» un rasgo oculto de Nueva York. En esa canción, describió cómo eran los círculos de los clubes de baile donde los miembros de las comunidades homosexuales pobres desplegaban todo su histrionismo para olvidarse de sus dramas y transformarse en estrellas, aunque sea por un rato. El productor Ryan Murphy -que dirigió los dos primeros capítulos- parece haberse inspirado en ese tema para su nueva ficción. Pose es una de sus apuestas más comprometidas con la diversidad, la inclusión y en contra de la discriminación.

La ficción de ocho episodios tiene dos características centrales. Por un lado, tiene el mayor elenco LGBT de la historia. Por el otro, su versión en español y portugués incluye un subtitulado novedoso: es la primera vez que una serie incorpora el lenguaje inclusivo.

Pose se mete con las «casas» donde les integrantes de la comunidad homosexual se refugiaban a mediados de los ’80 cuando eran rechazados por sus familias. En esa época, el conservadurismo de Ronald Reagan dejaba traslucir las miserias humanas de una sociedad ultracatólica copada por el capitalismo salvaje, los yuppies de Wall Street y la (des)ideologizante Guerra Fría.

En ese contexto desfavorable para cualquier idea de inclusión, vive Damon, un jovencito que tiene el sueño de ser una estrella de la danza. Cuando sus padres se dan cuenta, él sale del closet. El resultado es obvio: lo expulsan para siempre. Su vida dará un giro de 180 grados cuando viaja a la Gran Manzana solo y con una mochila. Perdido en la calle, conoce a Blanca, una chica trans que tiene la ambición de dejar de ser segunda de Elektra y formar su propio grupo. De a poco, van construyendo una relación simbiótica en un entorno que mezcla la moda, el glamour y los mejores espectáculos del ballroom, una disciplina artística paracultural y revolucionaria.

Murphy tiene una obsesión con el pasado. En cada una de sus producciones, lo indaga, lo caracteriza y lo expone como pocos. Así lo hizo con maestría en American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace, en la que reflejó parte de la década del ’90 a través del crimen de uno de los diseñadores de moda más famosos del mundo; en Feud, se metió con los ’60 y la lucha entre dos estrellas de Hollywood; mientras que en todas las temporadas de American Horror Story fue y vino por diferentes momentos de la historia.

El realizador también tiene otra fijación: el musical. Glee fue uno de las mejores en esta área. Con un elenco desconocido al comienzo, metió la comedia musical en el prime time de la televisión. Ese es el espíritu que trasladó a Pose. La explosión de colores, música pegadiza e himnos pop son un estilo marcadísimo. Los momentos de baile son hipnóticos, al igual que el brillo y el carisma de cada personaje.

Pero la luz también tiene oscuridad. Hay momentos de gran dramatismo: la ficción pasa de una escena donde el protagonista recibe la peor noticia, a un show de baile que te deja con la boca abierta por el virtuosismo desplegado. En Pose está Fama, Flashdance, los republicanos en el poder, las limusinas de la Quinta Avenida, las musculosas, las polainas, el breakdance, la subcultura, los peinados afro, la contracultura, el pop, la discriminación, las hombreras, la competencia salvaje, las epidemias del VIH/SIDA y la cocaína.

Pero también es un homenaje a una comunidad golpeada, discriminada y, durante muchos años, olvidada. Es una reivindicación de la libertad sexual y la decisión de animarse a definir una identidad. En donde todes puedan ser felices. «La belleza está donde la encuentres, no solo donde se fabrica. El alma está en la música, es donde te sentís muy hermosa. Vamos a la pista de baile. ¡Vogue! Hacé una pose».

Fuente: TN

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