Desde el año 2005, se celebra el 14 de octubre como el Día de los Jardines Botánicos.
En el mundo, y en especial en la Argentina, se encuentran una gran variedad de plantas y otras especies, que destacan no solo por su peculiar belleza, sino por su aporte ambiental. En ese sentido, es donde surgen los jardines botánicos como espacios para su conservación y cuidado.
Según las normas del Botanic Gardens Conservation International (BGCI), el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés: World Wildlife Fund) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se considera un Jardín Botánico a “aquella institución con colecciones de plantas, mantenidas y ordenadas científicamente”.
A esto se suma que hay unos reglamentos que deben considerarse para ser calificadas como tales:
- Permanencia en el tiempo
- Mantenimiento de colecciones de plantas con una base científica y con documentación apropiada
- Monitoreo de las plantas mantenidas en colección
- Contacto permanente con el público
- Establecimiento y mantenimiento de comunicación e intercambio de material con otros e instituciones afines.
Según la Red Argentina de Jardines Botánicos (RAJB), éstos cumplen una importante función de reserva y preservación de especies vegetales autóctonas de la región. Además su presencia representa un pulmón de aire puro dentro de la sofocante edificación y construcción urbana, de suma importancia.