La conmovedora historia de una madre que fue a la cárcel por llevar cocaína para pagar la quimioterapia de su hijo

La historia de Claudia y Fernando fue revelada el miércoles pasado y un día después el juez federal de Salta Ernesto Hansen firmó, tras seis meses de espera, la habilitación para que la mujer, presa por el delito de tránsito de estupefacientes desde el 27 de octubre de 2017, pudiera salir para estar con su hijo «por razones humanitarias».

Después de un viaje en micro que duró 24 horas, entre la cárcel de General Güemes, en Salta, y su casa en la ciudad de Montero, cerca de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, Claudia S.E., finalmente se reencontró con Fernando, su hijo de 14, gravemente enfermo, por quien ella había decidido hace un año pasar un kilo de cocaína por la frontera con el fin de cobrar un dinero que les permitiera pagar la quimioterapia.

Con Sheyla Jazmín en brazos, su cuarta hija, que nació hace cuatro meses con su madre en prisión, la mujer cruzó el umbral de su casa y fue directo a la habitación donde desde hace una semana está Fernando, bajo cuidados paliativos, ya que la enfermedad, según los médicos, se volvió irreversible.

El nene dormitaba. Se había enterado unas horas antes, de boca de su abuela, que su mamá finalmente había logrado el permiso de un juez para estar con él al menos durante los próximos 30 días. Estaba ansioso. Un rato antes de dormirse, les había pedido a todos los que lo visitaban que se fueran. Quería esperar a su mamá solo.

«Cuando entré estaba dormidito, caidito, levantó la cabecita y me miró y me dice ‘no llores mi mamá, no quiero que llores, yo ya no quiero llorar'», contó Claudia entre sollozos.

«‘Estoy bien, ¿no me ves bien? Estoy tranquilito’. Eso fue lo que me dijo. Me da mucha pena. Y yo me puse mal. Pero estoy tranquila. No imaginaba que iba a poder estar acá, estaba rezando y pidiendo que respondiera el juez», comentó Claudia.

 

Los defensores oficales de esta mujer, con Andrés Reynoso a la cabeza, habían presentado en las últimas semanas las pruebas que demostraban que la enfermedad de Fernando era real, algo que Hansen consideraba una excusa para justificar el delito de pasar cocaína por la frontera.

 

La Sala 2 de la Cámara de Apelaciones de Salta, integrada por los jueces Guillermo Elias, Mariana Catalano y Alejandro Castellanos, confirmó también el mismo jueves el procesamiento de Claudia, su prisión preventiva y un embargo de $ 20.000 dispuesto por Hansen. Pero recomendó atender las necesidades humanitarias. Claudia deberá volver a prisión dentro de un mes y esperar el juicio.

En septiembre del año pasado, tras escuchar el diagnóstico de la enfermedad de su hijo, Claudia, que trabajaba como empleada de limpieza en casas particulares, fue hasta la rotonda de su ciudad, donde sabía que podía encontrar un contacto para pasar cocaína y conseguir USD 500 que le serivirían para solventar el tratamiento.

Pasó al país con un bebé en su vientre y dos valijas con poco más de un kilo de cocaína escondida en un doble fondo. Llegó hasta la ciudad salteña de Orán y allí tomó un remís con destino a General Güemes. El punto final era el barrio de Liniers, en Buenos Aires. Cuando entregara el paquete, recibiría los dólares.

Pero Claudia fue descubierta. El 27 de octubre del año pasado, a las 21.20, en el kilómetro 1.212 de la ruta nacional 34, cerca de la ciudad jujeña de Ledesma, el remís en el que viajaba fue interceptado por Gendarmería Nacional. «Lo hice porque estaba desesperada. Yo no tenía recursos. Tuve que hacer esto para poder curar a mi hijito pero todo salió mal y me quedé aquí y mi mamá lo estuvo llevando (al médico) pero se empeoró y le amputaron la pierna derecha», contó esta mujer de 33 años.

Claudia no es «narcotraficante», es apenas una mula más de un sistema perverso, presa fácil de la trata de personas. En Argentina, la infracción a la ley de drogas es la principal causa de privación de la libertad de mujeres. El 41% de la población carcelaria femenina (1.477 sobre un total de 3.413) se encuentra en esa situación por delitos tipificados en la ley 23.737. En la población de hombres, la infracción a la ley drogas ocupa el 5° lugar entre los delitos de mayor presencia.

 

Fuente: Infobae

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