Muchos de estos profesionales arriesgan su vida para proteger nuestras reservas naturales. Llegar a ser un guardaparque requiere una ardua preparación y espíritu de hidalguía. Conocé más sobre ellos en la siguiente nota.
Contra lo que se cree, el trabajo de los guardaparques va más allá de la observación y cuidado superficial de algunos espacios protegidos. Estos profesionales no solo arriesgan sus vidas- porque en estas áreas protegidas suele haber grupos de personas armadas que practican la caza furtiva-, sino que para ejercer estas funciones requieren de una ardua preparación y un exigente proceso de selección.
Es por ello que frente a este contexto, el 9 de octubre de 1934 se sancionó la Ley N° 12.103 que creó la ex Dirección de Parques Nacionales, actual Administración de Parques Nacionales, y las dos primeras áreas naturales protegidas en Argentina, impulsando a la formación de un Cuerpo de Guardaparques, el objetivo era que este personal asumiera la responsabilidad de ejercer las funciones relacionadas con la protección de la biodiversidad genética, relevantes bellezas escénicas e impactantes fenómenos geomorfológicos, que integrando el Patrimonio Natural y Cultural del dominio público nacional, fuera confiado a su custodia.
La función del Guardaparque se cumple a través de su permanente presencia en la seccional asignada, mediante continuos patrullajes terrestres y acuáticos; controlando la actividad de los pobladores, de los campamentistas, de los concesionarios de aprovechamientos forestales y de extracción de leña y caña colihue; fiscalizando las actividades de pesca deportiva; informando, asesorando y auxiliando en imprevisibles emergencias a los visitantes y pobladores; previniendo y combatiendo incendios forestales y/o de pastizales, y evitando y sancionando infracciones, según informó la SUTEBA (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires).
Educación y formación:
El 2 de julio de 1969 fue instituido el Centro de Instrucción de Guardaparques, «Guardaparque Bernabé Méndez», en memoria del funcionario del mismo nombre, que fue asesinado en el Parque Nacional Iguazú por cazadores furtivos y cosechadores furtivos de palmitos.
Este primer Centro de Instrucción se desarrolló en el Hotel Futalaufquen, del Parque Nacional Los Alerces en la provincia del Chubut; posteriormente se trasladó al edificio Ayecan Rucá, en Bariloche; luego a la Isla Victoria hasta 1986, pasando nuevamente a la ciudad de Bariloche, y desde 1994 funciona en la localidad de Horco Molle, en la provincia de Tucumán.
Recién al promulgarse el Decreto-Ley N° 18.594, el 6 de febrero de 1970, se institucionaliza el Servicio Nacional de Guardaparques, cuyo artículo N° 25 establece su creación «con carácter de fuerza pública», y que «tendrá a su cargo el contralor y vigilancia en los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales».
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