Eduardo Sacheri en Misiones: “La pasión es como un fuego que tu cerebro tiene que saber dirigir, porque si no, te incendia y te arruina”

El reconocido escritor estuvo  en la inauguración formal de la Primera Feria del Libro, que se realiza en la Costanera de Posadas hasta el domingo, y luego de efectuar la apertura del evento, charló mano a mano con Misiones Online y reflexionó sobre la literatura, el fútbol y las pasiones, entre otros temas.

 

Suspira y piensa, mientras observa hacia los costados y busca los términos adecuados para dar su respuesta.  Lo que a la mayoría nos llevaría un minuto (unir las letras correctas en nuestras mentes, que formen oraciones y que luego se materialicen en sonidos) él lo resuelve en un segundo, porque en el campo del lenguaje -y en el de la escritura- maneja los mismos tiempos con la precisión que supo tener Juan Román Riquelme dentro de una cancha de fútbol.

 

“La pasión también es un padecimiento”, dice el escritor Eduardo Sacheri abriendo una nueva manera de pensar ese sentimiento, al que siempre se lo vinculó con el gozo, el disfrute y como un puente para lograr sueños.

 

El autor de la “Preguntas de sus Ojos” (llevado al cine como El Secreto de sus Ojos) estuvo hoy en la inauguración formal de la Primera Feria del Libro, que se realiza en la Costanera de Posadas hasta el domingo, y luego de efectuar la apertura del evento, charló mano a mano con Misiones Online.

 

¿Qué puede significar un libro en la vida de una persona?

 

*Suspira* A mí me parece que toda forma de arte (la música, el cine, el teatro, la pintura) te mejora y te acomoda un poco la vida, porque se vuelve  más equilibrada, más rica, más serena, más profunda. Lo que aportan los libros, específicamente, son más ni menos que palabras, que son el combustible de nuestro pensamiento. Nosotros pensamos con palabras, no lo hacemos en abstracto o con imágenes.

 

Las cosas complejas uno las piensa con palabras y la única manera de aprender más palabras es leyendo. No las adquirimos con el diccionario porque ahí podes ir a buscar una (palabra), pero no mil. Las mil, las aprendes en los libros.

 

En tu caso en particular ¿Hubo un autor qué te haya interpelado y ayudado a zambullirte en el mundo de la literatura?

 

Por suerte desde muy chico soy lector, porque tuve la ventaja que en mi casa todos leían. Ahora tengo 50 años y hace 45 que leo. En ese entonces, Dante Quinterno con Pastoruzito me conmovió y Julio Verne,  Alejandro Dumas, Cortázar, Borges García Márquez Emilio Salgari, que te los nombro como si fueran una formación de fútbol, también lo hicieron. Hasta hoy me siga emocionando leer, me sigue importando.

 

¿Buscas dejar una marca en el lector con cada libro que escribís o es más un desahogo particular?  

 

Yo creo que uno escribe para uno mismo y está bien. Escribir te hace lo mismo que leer, solo que un poco más profundo, porque tiene más que ver directamente con vos mismo. Eso no significa que no te guste que al lector le llegue lo que haces, porque  a mí no me da lo mismo publicar una obra y que después nadie lea.

 

Uno no puede pretender (el reconocimiento social) a priori. Primero hay que conformarse con escribir para uno, hacerlo bien, generar un libro sólido que sea bien contado. Y ahí soñar con que a algún lector eso le pueda impactar en su propia vida, pero si vas buscando al lector me parece que lo arruinas porque lo volvés algo artificial, perdés vos libertad.

 

¿Dónde encontrás  la inspiración para escribir un libro?

 

En mi caso en particular creo que estoy atento, pero no porque vaya a escribir, sino que siempre estuve atento. Me gusta observar, escuchar, me quedo pensando en la gente que me cruzo, porque al mismo tiempo, me pasan cosas a mí que no las tengo tan claras. Voy sintiendo, temiendo, deseando, sufriendo, gozando.

 

Yo creo que a eso que le llamamos inspiración es un cruce entre esas dos cosas. En algún momento decís “voy a inventar una historia” y te servís de materiales de eso que observaste, pero lo mezclas con cosas que no están en ningún lado. O mejor dicho, que están ahí como en un guiso dentro de tu cabeza y no sabes ni cómo están, ni que hacen ahí. Es algo felizmente confusontre

 

*luego de hablar un momento sobre sus inicios escribiendo cuentos deportivos, el entrevistado menciona: “El fútbol siempre fue parte de mi vida” y aprovechamos esa declaración para meternos en el mundo de las pasiones*  

 

Siendo que el fútbol es parte de tu vida ¿Dónde entra a jugar la pasión?  Esa que haces referencia tanto en tus obras como en el nombre de tu programa en TNT Sports (La pasión según Sacheri)

 

Yo creo que la pasión es ese combustible que vamos quemando para afrontar la vida y sobre todo para que nos atrevamos al esfuerzo. ¿Quién es alguien apático? Bueno, es alguien que no tiene pasión, que no se mueve, que está quieto ahí.

Al mismo tiempo la pasión es algo complejo, porque no es tan simplemente buena. Es un motor que te puede conducir hacia buenos y horribles lugares. La pasión también es un padecimiento. Es como un fuego que tu cerebro tiene que saber dirigir en una buena dirección porque si no te incendia y te arruina a vos y a los que están alrededor tuyo.

 

¿Y se puede abandonar ese incendio? ¿Se puede dejar una pasión?

No sé si las malas se puedan abandonar, pero tal vez se puedan domesticar… se deban domesticar. Son nuestros defectos, nuestros vicios, nuestras dependencias, nuestras adiciones. ¿Qué te dice un alcohólico recuperado? El tipo no te expresa “yo ya soy un alcohólico recuperado”, es decir no te está diciendo  “yo ya no tengo esa pasión”.  Él sabe que eso está en su vida y, en todo caso,  su disciplina está en no abrirle esa puerta a esa pasión.

 

 

¿Esa dualidad que puede tener la pasión fue lo que intentaron reflejar con el personaje  de Guillermo Francella (Pablo Sandoval) en El secreto de sus ojos?

 

Creo que con Campanella (director del film) quisimos jugar con esto de la pasión como motor y la pasión como prisión, aunque muchos espectadores se quedaron con la parte más luminosa del asunto. Si buscas en internet la escena (hace referencia  a la parte donde Sandoval habla de la pasión), en general está cortada cuando dice: “uno puede cambiar de todo, pero no de pasión”. Esa escena comienza hablando del alcoholismo, de un amor imposible que siente su amigo por una mujer que no le hace caso y después termina siendo una escena luminosa. Por eso insisto en que veamos la complejidad del asunto.

 

 

 

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