Expectativa Vs Realidad

La expectativa del gobierno, es revertir las malas noticias apoyándose en el impacto positivo de una mejora en el rendimiento del sector agrícola principalmente. Porque el sector exportador se convierte en un generador de ingresos cuando hay devaluaciones … ¿Y eso? Cuando el dólar evoluciona por encima de la inflación, genera un impacto positivo sobre los sectores exportadores, ya que hace incrementar los ingresos (en dólares) por encima de los gastos (que, en parte, son en pesos). Por ello, la devaluación del peso con respecto al dólar aumenta el valor de la producción.

Le pregunté a mi hermano Julián Muguerza, que es Ingeniero Agrónomo, asesor y empresario sobre el impacto de las medidas en el sector, lo primero que me explicó es que exportadores y productores son agentes diferentes en la cadena de valor y que corren riesgos distintos, por ejemplo: el exportador ve los dólares y el productor no, además el productor tiene entre un 50% y un 70% de los costos dolarizados, con lo cual la influencia de la devaluación es sobre una proporción menor de su negocio.

Ahora … no solamente el dólar impacta en el agro, también hubo novedades en términos impositivos. . El me explicó que con la siembra de invierno terminada (trigo, cebada, etc) se activan los Derechos de Exportación para trigo, maíz y girasol de $4 por dólar exportado, esto representa un impuesto del 10% para un dólar de $40. Y, en el caso de la soja, los derechos son del 18% más $4 por dólar, impone un aporte al fisco del 28%. Y funciona así, cuando el valor del dólar aumenta, esta imposición baja proporcionalmente y cuando el dólar pierde valor respecto del peso, aumenta el impuesto. Es decir, en este sector aparecen impuestos que no existían y aumentan otros.

Claramente, no son buenas noticias para el sector! Pero suman a los ingresos del Estado achicando la brecha del déficit, siempre y cuando las condiciones del mercado, es decir los precios de los cereales suban y el clima acompañe la campaña. Estos son factores externos a los productores y exportadores sobre los que no tienen influencia alguna. Con respecto a los precios, según la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), están bajando por ejemplo: soja 13%, maíz 17%, girasol 11% y 3% para el trigo. Y con en relación al clima … solo queda esperar que no haya sequías, ni exceso de agua, como el año pasado.

¿Qué tendría que pasar para que realmente sean buenas las noticias? – Un buen escenario para el sector tendría estos elementos: clima favorable y mejora en el rendimiento de la cosecha respecto del año pasado, precios de los granos que se recuperan, nuestra moneda se sigue devaluando por encima de la inflación, como está programado Por ahora las dos últimas condiciones (precios y devaluación) no se están dando, los precios de los cereales como ya vimos están bajando y el dólar también, aumentando de esta manera la presión tributaria en el sector.

Perfecto, queda claro que la realidad nos ira mostrando si esas expectativas se cumplen, tanto para el gobierno como para el sector. Si todo va bien, estarían dadas las condiciones para crecer y mantener ese crecimiento en el tiempo? – La realidad es que, la competitividad no viene de la mano de un tipo de cambio o de precios sino como resultado de otros factores, como: Una economía estable, donde la inflación no genere incertidumbre Condiciones para invertir, con tasa de interés razonables. Con una tasa que llegó al 73% es imposible canalizar recursos hacia inversión productiva o en la economía real, se lo come todo el sistema financiero. Mejoras y desarrollo de la infraestructura, esto es capital social necesario para el buen funcionamiento del transporte y las comunicaciones. Mecanismos que acoten el riesgo agropecuario, desde innovación y desarrollo en tecnología aplicada hasta esquemas de seguros que den cobertura al productor.

 

 

*Eva Muguerza Economista – Empresaria – Docente

*Julian Muguerza Ing. Agrónomo – Asesor – Empresario