Escalada en los precios de los combustibles acelera la inflación de primavera

El Gobierno nacional parece dispuesto a dejar correr los precios todo lo que sea necesario en esta parte del año para llegar a diciembre con un índice más moderado, para entonces poder mostrar una baja en la inflación en un mes que se anticipa conflictivo. En ese plan, la petrolera estatal YPF marcó el camino a la competencia convalidando un aumento de 10 por ciento en los combustibles el último día de septiembre, el segundo en un mes que cerró con subas de 22 por ciento en ese ítem.

 

A los efectos de controlar la inflación, septiembre ya está perdido y octubre también. Desde el Gobierno esperan que la agresiva política de sacar pesos del mercado comience a rendir frutos en noviembre y que eso lleve a un índice de precios con variaciones mucho más moderadas en diciembre, lo que será presentado como un logro del nuevo plan económico.

 

Las estimaciones de las consultoras privadas coinciden en que el bimestre septiembre – octubre será el de mayor inflación del Gobierno de Macri. El traslado a precios de la última devaluación que llevó el dólar a los 40 pesos y la inminencia de un nuevo corrimiento cambiario que elevaría la cotización de la moneda estadounidense al menos hasta los 44 pesos, el límite superior de la banda de flotación establecida por el Central, se combinan en un cóctel explosivo que actúa directamente sobre los precios.

 

Lejos de aplicar alguna política de contención orientada a retrasar lo máximo posible el traslado a precios de la devaluación, el Gobierno prefiere dejar que las malas noticias se acumulen durante la primavera, a efectos de llegar a fin de año –período tradicionalmente más conflictivo- con la posibilidad de mostrar una desaceleración de la inflación.

 

En consonancia con esta estrategia, la petrolera estatal YPF lideró ayer un incremento en los combustibles del 10 por ciento, lo que tendrá efecto en el índice inflacionario de septiembre e impondrá un piso de 2 puntos en octubre. Por un lado, llamó la atención que la suba se haya concretado el último día del mes, ya que por lo general ese tipo de aumentos se posterga hasta los primeros días del mes siguiente y por otro lado, muchos quedaron sorprendidos porque se esperaba que el nuevo aumento no fuera de más de 5 por ciento, teniendo en cuenta que la petrolera ya había remarcado sus precios a inicios de septiembre.

 

Siguiendo la misma lógica de los comerciantes inescrupulosos que aumentan para después aplicar “descuentos promocionales”, el Gobierno apuesta a que septiembre y octubre cierre con una inflación descomunal para que la suba que se registre en diciembre no sea tan alta y hasta parezca un dato positivo cuando se la compare con sus antecedentes.

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