Astenia primaveral: la debilidad y el cansancio que llega con la estación de las flores

La astenia primaveral, desconocida para muchos, afecta a más de la mitad de la población mundial, con un importante cansancio y fatiga para quienes lo sufren.

La llegada de la primavera trae nuevos aires y ánimos a la población, aunque también algunos problemas de salud como las alergias estacionales y la astenia, conocida como el cansancio de la época de las flores.

Se calcula que la astenia primaveral, desconocida para muchos, afecta a más de la mitad de la población mundial, con un importante cansancio y fatiga para quienes lo sufren. Se trata de un trastorno temporal caracterizado por la debilidad, común en poblaciones de entre 20 y 50 años, que afecta especialmente a las mujeres.

Los principales síntomas son el agotamiento físico y mental a través de la desmotivación o la ansiedad excesivas. La astenia se relaciona en ocasiones con otras dolencias como infecciones, anemia, celiaquía, embarazo, trastornos del sueño o déficit de vitaminas.

De acuerdo con el Instituto de Inmuno Oncología Ernesto Crescenti, lo primero que hay que hacer al notarse «muy flojo» durante la primavera es un análisis de sangre y cuando se detecta alteración en los valores normales, se recomienda una serie de pautas dirigidas a reforzar barreras protectoras.

En la primavera, los cambios de temperatura y el aumento de polen en el aire pueden debilitar las defensas y aumentar las probabilidades de padecer alguna infección, resfriado o alergia. Para preservar la salud en la estación de la vida, se recomienda hacer actividad física, lo que puede motivar un aumento de las defensas y la vitalidad del cuerpo, al menos tres veces por semana durante 30 o 60 minutos.

También una alimentación balanceada puede ser un punto importante, ya que la falta de nutrientes como vitaminas o minerales puede ocasionar que las defensas caigan frente a ataques al organismo. Un buen descanso de seis u ocho horas diarias y evitar trasnochar es relevante para reparar daños celulares sufridos durante el día, por lo que el descanso nocturno ayudará al sistema inmune a recuperarse y aumentar sus fuerzas, mientras que también se deben evitar el tabaco, alcohol, cafeína y azúcares, debido a que son debilitantes del sistema inmune.

Por otro lado, la ansiedad no es amiga del sistema inmune, por lo que debemos intentar mantener la calma, relativizar y no darle importancia a cualquier problema, y siempre tener una botella de agua a mano ayudará a eliminar toxinas, además de mantenernos hidratados.

 

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