Quienes conduzcan alcoholizados en Buenos Aires deberán abonar una multa de 17.850 pesos

El aumento roza el 900 por ciento. Los nuevos valores estarán vigentes desde noviembre y se actualizarán cada seis meses.

Las personas cuyo test de alcoholemia dé positivo durante la conducción en la Ciudad de Buenos Aires tendrán que pagar una multa que va de 150 a 1.000 Unidades Fijas. Eso se traduce en valores que van de $2.677 a $17.850 según el precio actual de la nafta.

Lo dispuso el Gobierno porteño a través de una ley (39 votos a favor, 16 en contra y 2 abstenciones) que actualiza el Código Contraversional y modifica también el monto de las multas por otros comportamientos no deseados en la vía pública, como exigir retribución económica para el cuidado de vehículos (hasta $2.775 de castigo para «trapitos»).

Los nuevos valores entrarán en vigencia desde el 1º de noviembre y se actualizarán cada seis meses. Serán establecidos por Unidades Fijas (UF) mediante el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) del Banco Central.

Actualmente, cada UF tiene un valor de $17,85. Es el equivalente al precio por el que se consigue medio litro de nafta Premium de YPF en la estación de servicio porteña del Automóvil Club Argentino (ACA). Ese monto subirá dos veces por año.

Hasta ahora, con el valor actual de las UF, la multa por manejar con un nivel de alcohol en sangre más elevado del máximo permitido (0,5 gramos por litro en sangre) pagan entre $200 y $2.000. El aumento roza el 900 por ciento.

Los riesgos de manejar alcoholizado

Pérdida de noción del peligro, visión borrosa, mayor tiempo de reacción y movimientos lentos. Estos son algunos de los efectos que el alcohol en sangre produce al manejar, según los especialistas.

Pruebas realizadas por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) concluyeron que “inclusopor debajo del límite legal se producen alteraciones de consideración, tanto en la precisión de las maniobras como en los tiempos de reacción”.

Desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), alertan sobre la falsa sensación de seguridad que genera el alcohol, el cual “produce una depresión del sistema nervioso central, lo que deteriora la función psicomotora, la percepción sensorial (vista y oído) y modifica el comportamiento del individuo”.

Pablo Azorín, jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), agregó: “La persona que tomó no puede estimar las distancias con precisión, ni tampoco realizar movimientos con exactitud, como pasar entre dos vehículos. El campo periférico se reduce y la visión se le vuelve tubular”.

En caso de ingerir alcohol, la recomendación siempre es utilizar transportes alternativos o que haya un “conductor designado”. Es decir, una persona que no beba ni esté bajo los efectos de medicamentos.

“El conductor designado debe tener la habilidad de calmar la ansiedad de sus amigos por si alguno quiere conducir en estado de ebriedad”, agregaron desde FIA.

Según la ANSV, los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte en personas entre 17 y 35 años. Y el Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial (Oisevi) sostiene que el grupo de entre 25 y 34 años es el que más víctimas fatales registra con detección de alcohol en sangre.

Fuente: TN

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