Libro: La Aduana como antro de la corrupción

Si hay una institución que definió buena parte de la historia institucional de la Nación Argentina, esa fue la aduana. Desde los tiempos coloniales, pero fundamentalmente a partir de la revolución y la independencia, la aduana originó buena parte de las tensiones políticas y económicas del proceso de conformación nacional. Ni siquiera la constitución nacional de 1853 ni la unidad a palos gestada por Bartolomé Mitre y Domingo Sarmiento, lograron encauzar las tensiones por la Aduana. Desde entonces, este organismo refleja parte de los factores que frenan y dificultan el desarrollo nacional: la corrupción y el contrabando.

Enrique Vázquez autor del libro «Aduana.Corrupción y contrabando». Radio Libertad

De esto da cuenta Enrique Vázquez en “Aduana. Corrupción y contrabando”, editado por Planeta.

El libro reúne méritos diversos. En primer término, que recupera la vieja y querida práctica del periodismo de investigación sin caer en las manipulaciones propias de lo que se conoce como “la grieta”. No extraña que así sea cuando recordamos que Vázquez fue una de las plumas principales del periodismo de investigación de la revista Humor. Así, el oficio y el manejo de la información se hacen palpables en “Aduana”.

En segundo lugar, que el cúmulo de información, de datos, de nombres, de historias de contrabando y corrupción que se presentan en el libro, brindan una imagen general sobre la evolución de esta institución que es, más que una historia puntual, la historia misma del país.

Es que a priori, la Aduana es un órgano de control destinado a la vigilar todo aquello que entra o sale del país. Ya sea por fines recaudatorios o por cuestiones de seguridad o salud pública, la Aduana debería chequear cada producto que ingresa a nuestro territorio, pero ello no es así. Según el autor, apenas el 1 por ciento de los productos son controlados, una cantidad irrisoria y casi absurda.

Ahora bien ¿por qué se produce esto? Por un fenómeno transversal a todos los gobiernos o administraciones que tuvo la Aduana en el tiempo: la corrupción. La facilidad con que se pueden evadir controles, manipular la legislación vigente o generar redes para el lavado de dinero, hacen de la Aduana una especie de meca de la corrupción, tanto pública como privada. Y esto aparece muy bien reflejado en el libro, que si bien presenta un breve resumen histórico, centra su análisis en los últimos 40 años, desde la dictadura hasta nuestros días.

Si la corrupción es el fenómeno transversal de esta historia, la abulia de la justicia para investigar aquello que es visible, se constituye en el elemento central para explicar y entender cómo es que el mecanismo de corrupción y contrabando funciona a la perfección en la Argentina. Y este es un fenómeno que no solo podemos identificar en este libro, la desidia de la justicia para realizar su trabajo, es algo que aparece como conclusión en todos los libros o las investigaciones sobre casos delictivos en el país. A esta altura de las circunstancias, cabría preguntarse si no es la propia justicia la mayor calamidad institucional de esta tierra.

Con todo el oficio desplegado, Vázquez reúne numerosos casos de corrupción y contrabando ejecutados desde la Aduana Argentina. La triste conclusión es que se trata, apenas, de una síntesis para un fenómeno mucho más amplio y extendido. El autor lo sabe porque sus páginas lo traslucen: este libro tiene nuevas hojas para escribir a diario. Y esas hojas se podrían transformar en nuevos libros, en nuevos tomos, en toda una colección de historias en donde los corruptos del sector público y del sector privado confluyen para hacer negocios. Negocios que, como bien explicita el autor, no hacen más que daño al propio país, que pierde miles de millones en impuestos, en fuga de capitales y en una competencia desleal que destruye la industria y el trabajo.

 

 

Ficha técnica:

Título: Aduana. Corrupción y contrabando

Autor: Enrique Vázquez

Editorial: Editorial Planeta

Temática: Actualidad | Política

Colección: Espejo de la Argentina

Número de páginas: 286