¿Bajo qué criterios se le asignan nombres a los huracanes?

Se organizan en orden alfabético alternando nombres femeninos y masculinos. Aquí, el motivo.

Harvey, Irma, Katrina, Andrew y ahora Florence: los nombres de los huracanes no están puestos porque sí. La idea es que sirvan para facilitar la divulgación de alertas de manera más sencilla que con una denominación técnica y hay un grupo de científicos que una vez por año se sientan a una mesa para revisar las listas que alterna masculinos y femeninos, en orden alfabético. En Ginebra, Suiza, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) es la encargada de bautizar a los huracanes.

“Ellos preparan listas de 21 nombres, que deben ser fáciles para que la gente los recuerde. Se repiten cada 6 años”, explica a Clarín Rosana Nieto Ferreira, profesora de Ciencias de la Atmósfera de la East Carolina University. Agrega que “es una práctica que se hace desde 1953.

Al principio sólo se elegían nombres de mujeres, pero desde 1978 también se utilizan nombres de hombres. Cualquier nombre de un huracán que haya producido muchas pérdidas de personas o económicas ellos lo jubilan, deciden no utilizarlo más. Por ejemplo, nunca más habrá un huracán que se llame Katrina” (que causó cerca de 2.000 muertos en Nueva Orleans y el sur de Estados Unidos en 2005).

La lista se elabora por región y tiene nombres en inglés, francés y español, en orden alfabético. Se omiten las letras Q, U, X, Y y Z porque se estima que son pocos los nombres que comienzan con esas iniciales. Se reciclan cada 6 años.

La nómina del año pasado por ejemplo es la misma que se utilizó en 2010. En esta temporada ya hubo cuatro originados en el Atlántico: Frankly, Gert, Harvey e Irma. Luego se agregaron José y Katia.

La experta señala que la lista comenzó con nombres exclusivamente femeninos porque en esos tiempos la mayoría de las personas que trabajaban con los nombres de huracanes eran hombres y los bautizaban como sus novias, esposas o madres. Pero luego se corrigió el desequilibrio de género. “Hubo un cambio en los setenta. La idea era que no sólo las mujeres fueran devastadoras, o sinónimo de devastación”, afirma Nieto Ferreira.

En 2014, un estudio de la Universidad de Illinois afirmó que los huracanes con nombres de mujer eran más letales que aquellos con nombre masculino. Los científicos analizaron las cifras de muertes causadas por huracanes en Estados Unidos durante más de seis décadas y concluyeron que las tormentas con nombre de mujer mataron a casi el doble de personas.

​No es que sean más potentes que los que tienen nombre de hombres: lo que aparentemente sucede es que los ciudadanos perciben a los huracanes “femeninos” como más inofensivos o débiles y no toman las precauciones necesarias para enfrentarlos, señala la investigación.

Aunque muchos meteorólogos no suelen tomar demasiado en serio ese estudio, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos alerta que los habitantes deben siempre poner el foco en la amenaza que encierra cada huracán, independientemente de cómo se llame.

 

 

Fuente: Clarín

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