“El turismo con genuino compromiso ambiental es lo que atrae cada vez más visitantes a Misiones”, sostiene el propietario de San Sebastián de la Selva

Matías Romano, fotógrafo naturalista y propietario de la reserva privada San Sebastián de la Selva, en la zona norte de Andresito, se jacta con orgullo de conservar 100 hectáreas de uno de los sitios considerados paraísos de Misiones para la observación de flora y fauna de la Selva Paranaense.

Sus tierras se encuentran ubicadas en el corazón del Corredor Biológico Urugua-í – Foerster, y junto a otros propietarios lindantes a su reserva privada, asumieron el compromiso voluntario de resguardar la conectividad natural del área. “Una tendencia que crece a nivel mundial es el turismo consciente del cuidado de la naturaleza”, dijo Romano. Pero. a su vez, agregó que “el cambio es que hoy el visitante no se conforma con que uno conserve bajo protección estricta un lugar, sino que quieren conocer más a fondo, quieren descubrir cuál es el compromiso real por la protección del ambiente.  El ecoturismo en la actualidad incorpora una nueva ética al turismo y al modo de actuar del turista. Cada vez más el visitante elige un destino natural de Misiones donde encuentre un servicio que vaya de la mano del cuidado del medio ambiente en toda su gestión, que sea sustentable, pero busca además que sea lo más genuino y real en cuanto al compromiso ambiental asumido”, explicó.

En cifras globales, compartió un dato relevante de la Organización Mundial de Turismo (OMT) para quienes se dedican al Turismo Sostenible: habría un 34% de turistas que estarían dispuestos a pagar por una opción de viaje más sustentable; un 30% estaría dispuesto a pagar por un hotel que realice esfuerzos en sustentabilidad; mientras que un 73% de turistas quisieran poder identificar destinos «más verdes». En tanto, al 2030 la tendencia indica que se duplicará la demanda actual para visitar áreas naturales protegidas.

En Argentina se estima existirían unas 290 iniciativas privadas (no hay un registro oficial), abarcando aproximadamente unas 876.000 hectáreas, y en la provincia de Misiones se estima se encontrarían alrededor de 29 reservas privadas que resguardarían unas 15 mil hectáreas bajo la categoría de conservación y que están bajo el Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas (ANP), pero existen además muchas otras experiencias voluntarias privadas que impulsan el turismo como herramienta de conservación y que no están bajo este régimen jurídico en la provincia.

De igual forma, los pequeños propietarios, empresas y ONG´s ambientales se van uniendo por medio de la Red Argentina de Reservas Naturales Privadas y buscan desde este espacio integrarse para ser más fuertes a la hora de impulsar mejores políticas de conservación, fortalecer al turismo como herramienta de conservación de la selva misionera, y lograr en el tiempo una sistematización de información para las reservas privadas que les permita el intercambio de experiencias y avances normativos.

 

 Al 2030 la tendencia indica que se duplicará la demanda actual para visitar áreas naturales protegidas.

 

 

La experiencia de San Sebastián

En la localidad de Comandante Andresito, al norte de la provincia, en el Corredor Biológico entre el Parque Provincial Urugua-í y Parque Provincial Foerster hay varias reservas privadas, cada una con su perfil de conservación, investigación o ecoturismo. San Sebastián de la Selva es una de ellas, y el emprendimiento ya tiene 5 años de experiencia en un área de alto valor de conservación por ser parte del ecosistema de la Selva Paranaense, ubicándose a muy pocos kilómetros del Parque Nacional Iguazú.

En ese contexto, Romano compartió su experiencia con los propietarios de todo el país que asistieron al Tercer Encuentro de Reservas Naturales Privadas, realizado en el complejo Club del Río, en la localidad de San Ignacio (Misiones) semanas atrás, y relató sus aprendizajes y la visión de lo que considera son los principales desafíos para los propietarios que destinan tierras a conservación. “El ecoturismo es una forma que lleva al turista a tener una conducta de consumo diferente, moderado en el uso de los recursos, responsable, sustentable en todos los servicios que demanda”, describió el joven empresario.

“Antes o después, quien se ocupe de un emprendimiento en naturaleza, va a tocar todos los temas que se vinculen con la sustentabilidad, ya que es una tendencia mundial que el ecoturismo crece cada vez más. Y el turista elige cada vez más un destino donde el servicio vaya de la mano del cuidado del ambiente, pero busca lo más genuino y real en cuanto al compromiso asumido”, explicó Romano.

De esta forma, intentó transmitir que el marketing de la sustentabilidad que uno ofrece de un lugar no es suficiente para el visitante. Al llegar al lugar, indaga más, quiere saber más sobre cuáles son las acciones de “ese propietario que dice que cuida el ambiente. Busca un compromiso enserio”, recalcó el fotógrafo naturalista.

San Sebastián de la Selva dispone de un lodge a disposición del visitante que quiera realizar actividades recreativas o para el descanso, y además llevan adelante un proyecto de conservación ambiental, basada en la actividad turística de bajo impacto como sustento. “No estamos solos en esto, hay otros propietarios en el lugar que tienen la misma convicción. Hay varias reservas naturales privadas o de ONG´s, que se comunican o limitan con parques provinciales como PP Segismundo Welcz, PP Urugua-í y el Parque Nacional Iguazú, por mencionar las áreas protegidas más relevantes de la zona”, dijo.

Para ingresar al área del Corredor Biológico, como portal de acceso se debe transitar por el pasa fauna de la Ruta Nacional 101 que marca el camino de ingreso a los predios privados del lodge de selva, cabañas o reserva natural estricta. “Si bien trabajamos como unidad, estamos en permanente contacto con nuestros vecinos, y consideramos este diálogo como algo que nos potencia. Recorremos senderos vecinos con nuestros visitantes, organizamos visitas guiadas en toda el área. Como filosofía, desde San Sebastián pensamos en cada visita como una nueva oportunidad de transmitir conocimientos y valores y, por sobre todas las cosas, una nueva oportunidad de encender en otros la pasión que nos moviliza a seguir descubriendo aspectos de este rincón de nuestro país tan lleno de maravillosas historias y de importancia ambiental global”, expresó Romano.

El propietario es de Buenos Aires, pero realizó un viaje a los 9 años donde vivió la experiencia de contacto con la naturaleza y con el tiempo fue creciendo su compromiso con la conservación. “Esa experiencia es algo que nunca olvido, y trato de que otras personas y niños puedan sentir, tal vez, lo mismo que me sucedió”, relató el joven emprendedor, que por oficio se especializa en fotografía de naturaleza.

De una chacra a una reserva natural

Cuando llegó a Andresito, Romano se encontró con una propiedad que se dividía entre una típica chacra con monte por un lado, y otra área con tierras totalmente explotadas. “Desde chancherías (cría de cerdos), piletones de pesca deportiva (donde la gente iba y pescaba los fines de semana), y sectores totalmente deforestados en todo su alrededor”, recordó.

Cuando adquirió la propiedad, hace 5 años atrás, dijo que un desafío fue lograr regenerar un 30% de la propiedad con bosque nativo. “En un año, observamos una rápida regeneración de la selva, es realmente magnífico el poder de la selva en recuperarse sola. En la actualidad tenemos fauna registrada con cámaras trampas, algo que le da mucha emoción a los chicos que llegan con su familias y pueden ver que allí existen estos animales de la selva, por ejemplo. O también al visitante le proponemos que planten árboles en la reserva como amigos del ambiente, y para llevar adelante estos programas somos muy abiertos a los guardaparques, con las escuelas, a los investigadores”, explicó Romano.

En el lugar disponen de un lodge e infraestructura adecuada para recibir a grupos de turistas y familias. “Me gusta pensar que estoy en un lugar más allá de que se trate de mi propiedad, de que estoy haciendo algo que quedará para el futuro”, compartió el naturalista que eligió a la actividad del ecoturismo porque permite realizar políticas de conservación en una propiedad que tiene valor ambiental y que permite llevar adelante programas de educación y voluntariado ambiental.

Siguen siendo las principales amenazas para la conservación en la zona la caza furtiva, el robo de madera y el desmonte. “Cuando llegamos a la chacra tuvimos que quitar todos los alambrados, ya que en un área naturales es algo que hay que erradicar de las chacras, porque muchas veces terminan lastimando los animales, quedan atrapados en su paso por el corredor. Por otro lado, tenemos de vecino a un Parque Provincial que tienen intrusos (NdR: en referencia al PP Segismundo Welcz), que tiene ganadería en el área cuando deberían hacer conservación”, indicó el propietario sobre algunos de los temas que preocupan por el deterioro ambiental del área protegida pública.

San Sebastián de la Selva es un lugar reconocido por los aficionados al avistaje de aves como uno de los preferidos para ir “detrás de los pájaros y observar aves raras o amenazadas. Pero con el tiempo, desde la gestión empezamos a mirar el «todo» de la reserva, y comenzamos a trabajar en encontrar en el turismo las herramientas para la conservación de la selva. Fuimos realizando pequeñas inversiones, desde senderos de interpretación, programar salidas nocturnas, avistajes de aves, programas de visitas para escuelas para la experiencia de recolectar huellas de las especies de la selva con yeso, de manera que la educación genere un efecto multiplicador a través de los chicos, acercándolos cada vez más a la naturaleza”, proyectó Romano.

Educación para el futuro

Otra filosofía que marcó Romano fue que en su reserva los mejores visitantes “son los niños, creo que son los más inquietos, curiosos y comprometidos cuando asimilan como esponja todo lo que uno le transmite sobre la importancia de la conservación. Lo que aprenden de chico no se olvidan nunca más, y son nuestros mejores “embajadores” ambientales. Además, tengo dos hijas que aún son pequeñas, por lo que no me imagino un emprendimiento sin chicos alrededor, corriendo y disfrutando de la naturaleza. Siempre que pasa un niño por la reserva, al tiempo los padres nos escriben para comentarnos que no se olvidan del lugar y que quieren volver. Ese chico quedó conectado de alguna manera con la naturaleza. Es, por otra parte, una manera de repetir mi propia historia muchas veces, porque a los 9 años tuve mi primer contacto con la naturaleza, y me recuerdo siempre de ese momento”, remarcó Romano.

En sus reflexiones finales, recomendó a los propietarios de reservas privadas que eviten estandarizar sus servicios y su contacto con el visitante: “cada ambiente tiene su particularidad, hay que tratar de no generalizar, no hay que copiar siempre al otro sino que tenemos que ver cuál es la fortaleza que tiene cada lugar. Y de esta forma, tratar de dar respuesta a quienes se acercan a la reserva, porque serán los que llevarán de alguna manera el  mensaje de su experiencia a otras personas. En mi reserva, recibo siempre delegaciones por recomendación de quienes contaron lo que vieron en San Sebastián de la Selva y la importancia ambiental del área. Por ello, la educación ambiental y el despertar conciencia en cada visitante es muy importante. Siempre lo que busco es lograr que quienes se vayan de mi reserva entiendan de la problemática de la conservación en Misiones. Mostrar nuestra historia, la conservación, la forestación, la cultura productiva, la ganadería y sus problemáticas. Ser genuinos, darle una historia real, eso hace que la gente vuelva  o recomienda el lugar”, concluyó el propietario.

 

 

 

Por Patricia Escobar 

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