Encontraron en Corrientes los restos de Carlos Tereszecuk, joven posadeño desaparecido durante la dictadura

El  Equipo Argentino de Antropología Forense determinó que un cuerpo inhumado en la localidad ribereña de Empedrado, provincia de Corrientes, corresponde a Carlos Enrique Tereszecuk. Se trata de un joven misionero desaparecido durante la última dictadura cívico-militar en Argentina.

 

 

 

El Equipo Argentino de Antropología Forense emitió su informe pericial en la causa abierta desde el año 2005, ante la Secretaría de Derechos Humanos del Juzgado Federal de Corrientes, y por requerimiento de la Unidad de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal, informando que “…con base en los resultados  del estudio antropológico y genético, se concluye que los restos esqueletarios estudiados, denominados como CR-EMP 3 corresponden a Carlos Enrique Tereszecuk…”.

 

 

 

Carlos era un joven de 24 años, criado en el barrio Villa Urquiza, que luego de estudiar Teología y Filosofía en Córdoba, planeaba seguir su formación en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales en la carrera de Trabajo Social. Allí se incorporó a la militancia del movimiento estudiantil, osada decisión en los tiempos que corrían, ya que la actividad gremial era severamente perseguida por el gobierno dictatorial, presidido en ese entonces por el teniente general Jorge Rafael Videla.

 

 

Corría el año 1976 y el gobierno de facto comenzaba mostrar su peor faceta. La persecución de jóvenes inmiscuidos en la actividad política generaba temor y preocupación, ya que las noticias de detenciones y arrestos eran ya tópico diario en las charlas entre compañeros de la universidad. La situación se fue recrudeciendo cuando Carlos Tereszecuk ocupaba la vicepresidencia del centro de estudiantes de su Facultad, dado que empezó a ser objeto de persecución por parte de las fuerzas de seguridad, ésto lo arrastró a la clandestinidad.

 

 

En los primeros tiempos se ocultaba en la casa de familias amigas, moviéndose permanentemente a fin tratar de borrar el rastro que seguían sus persecutores. Luego de un corto tiempo el ambiente urbano comenzó a ser demasiado hostil para alguien perseguido y no tuvo más remedio que retirarse a zonas rurales. Sin poder permanecer por demasiado tiempo en un lugar específico, terminó llegando a Resistencia, Chaco. Éste fue el último punto que Carlos recorrió en libertad, ya que allí fue detenido por la policía local. Una vez capturado, fue visto por última vez con vida por los sobrevivientes de la Masacre de Margarita Belén, ocurrida la noche entre el 12 y 13 de diciembre de 1976 en un pueblo chaqueño del que toma nombre la masacre. Allí el Ejército Argentino y la Policía de Chaco ejecutaron contra el paredón y a punta de fusil a 11 militantes y forzaron la desaparición de otros 4.

 

 

 

42 años después los restos de Carlos Tereszecuk salen a la luz y traen consigo la verdad sobre su muerte. En la causa de referencia, se realizan tareas de investigación y exhumación de restos óseos en procura de dar con el paradero de personas desaparecidas durante la última dictadura militar en Corrientes.

 

 

La primera exhumación se realizó en Junio del año 2006 en el Cementerio de la localidad de Empedrado, donde se pudo recuperar cuatro conjuntos de restos óseos, en los años 2007 y 2014 se identificaron a dos de ellos, el primero fue de un estudiante correntino -Rómulo Artieda y el segundo un estudiante formoseño- Julio Andrés Pereira.

 

El sistema utilizado para el aniquilamiento y posterior ocultamiento de cuerpos, de una parte de las víctimas del terrorismo de estado en la zona de Corrientes-Chaco, fue arrojarlos a las aguas del Río Paraná, buscando con ello asegurarse la impunidad. Sin embargo el río, en algunos casos, ha devuelto a las costas los restos de estos desaparecidos. Hoy gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense se puede dotar de identidad a esos restos y dar a conocer a las familias la verdad sobre la muerte de sus seres queridos.