Sherris Stringham tenía todo lo que deseaba. Vivía sencillamente en Hopkins, un pueblo en Belice, el país centroamericano donde la mujer había decidido transcurrir los últimos años de su sacrificada vida. Era su paraíso. Era su lugar en el mundo.
Y donde encontraría una violenta muerte.
Stringham desapareció misteriosamente el pasado 24 de agosto. Nadie supo nada más de ella desde entonces. El 27, tras la preocupación de familiares y amigos que no podían ubicarla, la Policía de Belice la dio por desaparecida y emprendió su búsqueda.
Su vehículo fue hallado varios días después, abandonado, lejos de su vivienda. En el interior de su casa estaban su cartera y su billetera. Estaban vacías. Un robo. Pero ¿dónde estaba ella? ¿Qué había ocurrido con la mujer que prefirió las playas de aquel país centroamericano para el retiro?
El viernes pasado el cuerpo sin vida de Stringham fue encontrado cerca de un río en Pomona, a unos 80 kilómetros de Hopkins. Como consecuencia de la investigación, dos jóvenes de 18 años y un menor de 16 fueron detenidos por el robo y asesinato de la víctima oriunda de Blue Springs, Missouri.
Su cuerpo había sido arrojado desde el puente, de acuerdo con el sitio Qué pasa Corozal, de aquel país.
La mujer dedicó las últimas dos décadas de su vida a conducir un camión escolar para transportar alumnos de su ciudad. También trabajó en una tienda. Una vida sacrificada y dedicada al trabajo. En Belice, la víctima tenía amigos y allegados y creyó que sería un lugar perfecto, por el clima y su gente, para pasar el resto de su vida.
Lamentablemente, su sueño terminó en pesadilla. (Infobae)
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