Violó a una de sus hijas, fue preso y cuando salió dejó embarazada a la otra

En ambos casos les puso un sedante en la bebida y luego las atacó. Recibió una nueva pena de 13 años y 6 meses de prisión. Ocurrió en Mendoza.

En 2012 un hombre de 52 años de Neuquén drogó y violó a su hija adolescente de 16 años. Fue condenado a 8 años de prisión. A mediados del 2017, con dos tercios de su pena cumplida, salió en libertad condicional. Pero en diciembre de ese año, operó de la misma forma con otra hija de 17 años. Le suministró un somnífero durante una cena. Después abusó de ella. La menor quedó embarazada y tuvo un aborto espontáneo. Ahora la Justicia de Neuquén le impuso la pena de 13 años y seis meses en un procedimiento abreviado con el que el atacante evitó el juicio oral.

El caso ocurrido en Plaza Huincul, un pueblo de unos 15 mil habitantes pegado a Cutral Co, plena zona petrolera de la Cuenca Neuquina, resulta todavía más abrumador porque la segunda adolescente se acercó a su padre por propia voluntad para tratar de conocerlo. Hasta entonces prácticamente no habían tenido un vínculo de padre-hija. Ella intentaba saldar esta deuda en su vida. El hombre aprovechó la necesidad afectiva de la chica. En una cena supuestamente destinada al reencuentro entre ambos filtró gotas de un sedante en su bebida. Cuando la adolescente estaba desmayada el padre la violó. En 2012 usó un método calcado para atentar contra su hija que entonces tenía 16 años. Aparentemente su segunda hija conservaba esperanzas en él a pesar de las acusaciones y la condena.

El viernes pasado un Tribunal de Neuquén le dictó una condena unificada de 13 años y 6 meses. El fiscal del caso Gastón Liotard, en colaboración con la Defensoría de los Derechos del Niño y el Adolescente, y la defensa del autor de los aberrantes hechos llegaron a un acuerdo por el cual el padre se declaró culpable.

Según había informado el fiscal Liotard, una noche de noviembre de 2017 el padre y la hija se reunieron en una casa de Plaza Huincul para pasar una jornada juntos. El pretexto de parte del mayor era una cena. Desde hacía meses la menor intentaba conocer mejor a su progenitor. Pero sus esfuerzos culminaron en una tragedia personal. El hombre derramó gotas de somnífero en su bebida y luego la violó. La chica alcanzó a sentirse descompuesta y sin fuerzas antes de quedar imposibilitada de reaccionar. En los días siguientes su padre la amenazó por teléfono para que no revelara a nadie lo sucedido.

Pero la chica había quedado embarazada. Finalmente tuvo un aborto espontáneo. En este marco, le confesó el abuso a su madre, quien la apoyó para denunciar penalmente al hombre y revelar la historia. “La víctima, tras sufrir un aborto espontáneo y gracias al apoyo de la familia y un cuerpo de psicólogos, materializó la denuncia”, indicó el fiscal.

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas