La crisis alcanza a las potencias emergentes, no solo a la Argentina

La devaluación de la lira turca sacude a los mercados financieros en todo el mundo. Las monedas de otras potencias emergentes se ven contagiadas y sufren una presión cada vez mayor. 

La pronunciada caída de la lira turca lanza olas expansivas a todo el mundo: Argentina acaba de pedir al Fondo Monetario Internacional el pago anticipado de millonarias ayudas financieras; en India, la rupia alcanza mínimos históricos, y en muchos mercados bursátiles las ventas masivas de las últimas semanas pueden causar que la tendencia siga a la baja.

Analistas internacionales atribuyen muchos de los problemas en Turquía a las políticas del presidente Recep Tayyip Erdogan, por lo que se trataría de anomalías internas. Pero en temas como el endeudamiento público, las crisis políticas y el estancamiento de reformas, las potencias emergentes registran flancos abiertos, indican en un informe publicado por Forbes.

Tasas de interés mantenidas durante años en un nivel bajo condujeron a una alta adquisición de deuda, sobre todo en dólares. Pero en Estados Unidos, las tasas de interés han subido de nuevo desde finales de 2015; a causa del bajo desempleo y las altas tasas de crecimiento, podrían seguir ascendiendo. Esto otorga al dólar atractivo para los inversores y, al mismo tiempo, pone a países como Argentina, Brasil o Sudáfrica bajo presión. El conflicto arancelario impulsado por el presidente estadounidense, Donald Trump, hace crecer los temores sobre una guerra comercial de proporciones mundiales.

Huída al dólar. “Por un temor creciente al riesgo, los inversores retiran capital en divisas de los países emergentes y emigran hacia ‘puertos seguros’ como el dólar o el franco suizo”, explicó Nils Ole Matthiessen, experto del Deutsche Bank en materia de divisas. “Hay efectos de contagio”, advierte a su vez Volker Treier, jefe de Comercio Exterior de la Cámara Alemana de industria y Comercio. En entrevista con la agencia Reuters, Treier afirma que la economía alemana aún puede manejar la situación actual. Otros estrategas de inversiones evalúan como bajo el riesgo de contagio. Los déficits de otros países son claramente menores a los de Turquía o a los registrados en crisis anteriores de las potencias emergentes a principios de los 80 en América Latina y a finales de los 90 en Asia, dice Ulrich Leuchtmann, analista del Commerzbank.

Pero el ánimo pronto podría cambiar, advierte Maya Bhandari, de la administradora de bienes Columbia Threadneedle. “De Turquía, lo que podría representar un problema para las potencias emergentes son los controles de tráfico de capitales, que podrían conducir a cuantiosas ventas de bonos de las potencias emergentes”. Los inversores tienen bajo la mira, sobre todo, a Argentina Brasil e India, además de Turquía.

Turquía, el nudo se aprieta

La política económica del presidente Erdogan y la por él cuestionada autonomía del Banco Central sepultan la confianza de los inversores. La inflación aumentó a más del 15 por ciento y el déficit comercial se reduce, pero, con un volumen de 6 mil millones de dólares, permanece en un nivel alto. Desde principios de año, la lira turca se ha devaluado en más del 40% con respecto al dólar.

El banco de inversiones Goldman Sachs estima que la caída de la lira podría acabar con las reservas de capital de los bancos turcos. Cálculos del banco estadounidense JP Morgan indican que Turquía deberá cancelar 153,000 millones de euros en deuda externa, tan solo hasta mediados del año próximo. Esto corresponde a casi una cuarta parte del producto interior bruto anual del país. Con vencimientos por cerca de 93 mil millones de euros, los cuales deben ser cubiertos hasta julio de 2019, existe el riesgo de falta de capacidad financiera.

Solo con un radical cambio de rumbo económico, Turquía tiene oportunidad de superar esta crisis monetaria. “La autonomía del Banco Central debe quedar garantizada, las tasas de interés deben subir claramente, y debe haber cambios en el ministerio de Finanzas del país”, afirma Ayse Rüzgar, del banco DZ Bank.

 

Argentina recurre al FMI

En medio del fuego cruzado está también Argentina. La enorme deuda externa de cerca de 200 mil millones de dólares ubica al país sudamericano en una especial vulnerabilidad. Expertos opinan que el presidente Mauricio Macri tiene pocas armas para contener la caída del peso, que se ubica en 45 por ciento en lo que va del año. Según especialistas, mucho es lo que Macri ha hecho bien con su paquete de reformas y el reforzamiento de la autonomía del Banco Central. El presidente argentino “hace lo correcto, pero lo hace con dos años de tardanza”, afirma Guillermo Nielsen, un reconocido economista en Argentina.

A solo dos años de haber regresado a la senda del crecimiento, la economía de Argentina se encamina de nuevo a una recesión. El gobierno solicitó el pago anticipado de ayudas acordadas con el Fondo Monetario Internacional. A causa de la alta tasa inflacionaria, mayor al 30 por ciento, el peso se encuentra bajo presión. Por eso, el Banco Central decidió subir a 45 por ciento las tasas de interés. Está por verse cuál será el efecto de esta medida: luego de años de crisis económicas, consumidores y empresas recurren poco al crédito.

Brasil y el caos electoral

La mayor economía de América Latina volvió a crecer, luego de dos años de grave recesión. El FMI calcula para Brasil un crecimiento de 1.8 por ciento, ya tomando en cuenta la inflación. Expertos del FMI ven el problema en otro lado: el alto endeudamiento público. Además, falta implementar las reformas financieras necesarias.

También causan nerviosismo las elecciones presidenciales que se celebrarán en octubre. La divisa nacional, el real, ha perdido cerca de 20 por ciento de su valor este año y alcanzó su mínimo en dos años, luego de que el Partido de los Trabajadores PT ratificara la candidatura del ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por acusaciones de corrupción. Muchos brasileños responsabilizan a Lula y a su política de altos egresos, marcada además por escándalos de corrupción, del desplome de la economía brasileña.

 

India: crisis monetaria y crecimiento

En India, la economía crece a un ritmo anual del siete por ciento, casi como en ningún otro país del mundo. La deuda externa y el déficit en el balance comercial se encuentran bajo control, afirman expertos. Por eso, las crisis impactan menos que en otras potencias emergentes.

Pero la caída de la rupia se ubica en un nueve por ciento este año, con una inflación de 4.5 por ciento. Son cifras que afectan a la política monetaria. Como remedio, el Banco Central subió desde abril las tasas de interés en medio punto porcentual. Si la moneda nacional se sigue devaluando, será difícil que el primer ministro Narendra Modi repita su sólida victoria electoral de 2014. Sobre todo, es la clase media india la que se queja de las subidas en los precios. Muchas empresas indias temen que sus márgenes de ganancia se vean afectados.

 

 

Fuente: Forbes

 

 

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