Derrotó al español Jaume Munar por 6-2, 6-0, 5-7 y 6-2 y se metió en la siguiente instancia. Allí, se medirá frente al ganador del duelo entre el francés Gael Monfils y el japonés Kei Nishikori.
Nueva York atesora buenos y frescos recuerdos para Diego Schwartzman. Hace un año, el Peque envió su primera señal fuerte al circuito ATP cuando llegó hasta los cuartos de final del último Grand Slam de la temporada y en su camino derrotó al croata Marin Cilic, por entonces séptimo en el ranking. Desde ese momento todo fue crecimiento. La Tierra dio una vuelta alrededor del Sol y el argentino procura dar otro golpe en el USTA Billie Jean King National Tennis Center. Por ahora avanza. Con algunos sobresaltos, pero avanza.
Poco menos de tres horas le tomó sacarse de encima al español Jaume Munar, nacido en la pequeña localidad de Santañí, en la isla de Mallorca, y formado en la academia de Rafael Nadal. Fue por 6-2, 6-0, 5-7 y 6-2 la victoria que le permitió a Schwartzman, que venía de batir a Federico Delbonis en sets corridos en el debut, instalarse en la tercera ronda del certamen.
No fue sencillo el arranque para el porteño, 13° en el ranking de la ATP, ante el ascendente Munar, de 21 años y 85° jugador del escalafón mundial (es su mejor posición histórica). Más que nada por el errático inicio a ambos lados de la red: se quebraron el servicio tres veces en los primeros cuatro games.
En el quinto juego, cuando parecía que la tendencia se extendería, Peque consiguió levantar cuatro break points y se adelantó 4-2. Fue el despertador que le permitió encaminar el parcial, que logró llevarse en 42 minutos tras un drive ancho de Munar pese a sus 15 errores no forzados.
Ese fue el inicio de la debacle del mallorquín, que venía de batallar durante casi cuatro horas para dejar en el camino al belga Ruben Bemmelmans en la primera ronda. Demasiado rápido vio cómo se le escabullía el segundo capítulo y empezó a exhibir su frustración con quejas y refunfuños entre punto y punto. Schwartzman ganó en precisión y velocidad y se apropió del set de forma contundente.
En el tercero, el argentino encaminó el rumbo con un quiebre en el cuarto game y un juego sin demasiadas fisuras. Cuando todo parecía definido, Munar reaccionó, levantó un match point en el noveno game, otros dos en el décimo, quebró en el undécimo y cerró con su servicio sacando provecho de los baches de su rival y tras levantar una desventaja de 15-40: 7-5 y a arrancar de nuevo.
El cuarto set fue un juego de nervios en el que todo el peso recayó sobre la espalda de Peque. Aciertos y fallos le pertenecieron (totalizó 9 winners y 11 errores no forzados en el capítulo) ante un adversario que terminó entregando su servicio en el sexto game con su 11ª doble falta del partido. Y allí entregó el partido, ya agotado. Schwartzman ya no le dio lugar a la recuperación y terminó imponiéndose en dos horas y 51 minutos en otra tórrida tarde, en la que el termómetro rozó los 35 grados en la cancha 13 del complejo ubicado en Queens.
La próxima prueba seguramente será incluso más compleja para el Peque, ya que deberá medirse con el vencedor del choque que el francés Gael Monfils (39°), verdugo de Facundo Bagnis, y el japonés Kei Nishikori (19°) protagonizarán en el primer turno de la noche en el estadio Louis Armstrong.
Schwartzman se convirtió en el tercer argentino que consiguió su pasaje a la tercera ronda del US Open: se sumó a Juan Martín Del Potro y Guido Pella, quienes habían ganado sus partidos de segunda ronda el miércoles.
El tandilense, que superó con contundencia al local Denis Kudla, se medirá el viernes, en el último turno de la noche en el estadio Arthur Ashe (no antes de las 21.30), con el español Fernando Verdasco (32°), verdugo del escocés Andy Murray.
Más temprano, al mediodía argentino, el bahiense (66°), que viene de eliminar al italiano Paolo Lorenzi en sets corridos, abrirá la jornada en la cancha 17 ante el georgiano Nikoloz Basilashvili (37°).
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