Anoche, los integrantes de la división Bomberos Zona Oeste de Posadas acudieron al llamado de una desesperada vecina del barrio San Miguel, quien manifestó que su mascota había caído a un pozo de agua que mandó construir en su casa.
Los bomberos notaron que la fosa estaba en desuso y que tenía unos 10 metros de profundidad. En el fondo estaba el can visiblemente asustado.
Inmediatamente, los efectivos armaron un «sillín japonés» y extrajeron del pozo al cachorro que estaba sano y salvo para tranquilidad de su dueña a la que recomendaron tapar y señalizar la existencia del pozo en su casa.