Sergio Sinay: «El trabajo es uno de los espacios donde se puede rastrear el sentido de la existencia»

Con estas palabras el periodista y escritor caracterizó la esencia de la charla gratuita que dará esta noche en el Salón Auditorio de OSDE Filial Misiones, cuyos cupos fueron agotados.

¿Para qué trabajamos? ¿Cómo dar sentido al trabajo?, “ser lo que hacemos o hacer lo que somos, vivir para el trabajo o trabajar para vivir” reza el dilema en cuestión.

Durante una conferencia de prensa que tuvo lugar esta mañana en el Salón Auditorio de OSDE, Sergio Sinay dio algunas aproximaciones a la problemática y reflexionó: «Trabajar para cubrir necesidades básicas podría ser una primera respuesta. Pero el ser humano no se conforma con esto. Precisa el encuentro con el otro, formar parte de grupos, ser aceptado, necesita vincularse socialmente, busca convivir, recibir y dar afecto. Entonces, cubrir necesidades biológicas y sociales puede ser una parte de lo que buscamos, pero queda pendiente la necesidad de autorealización personal; cuando no la encontramos aparece la angustia existencial».

En este sentido, refirió: «Nos dan una vida de plazo para que en el curso de esta nos demos cuenta de cuál es el sentido de nuestra existencia». Además, agregó: «El trabajo es uno de los espacios donde se puede rastrear el sentido de la existencia, es una hoja de ruta en la vida, aunque cambiemos varias veces. Lo importante es tener en cuenta dónde uno está y qué puede hacer en ese lugar».

 

Resumen de su libro publicado en el año 2012 titulado «¿Para qué trabajamos?»:

El trabajo en todas sus formas, se ha convertido silenciosamente en una guerra devastadora: deja víctimas oficiales y no oficiales en cifras cada vez mayores. Causa, también, daños “colaterales” –que no lo son tanto– como crisis existenciales, familiares y vinculares. Trabajamos, como promedio, una tercera parte de nuestro tiempo de vida cotidiano. Hay quienes lo hacen más. ¿Para qué? ¿Para vivir? ¿Para vivir cómo? ¿Para hacer qué cosa con nuestras vidas? Los seres humanos no podríamos vivir sin trabajar: somos seres transformadores por naturaleza,los únicos que transformamos nuestro entorno de manera constante, consciente y con propósitos definidos. Pero hemos llegado a un punto en que ya no nos preguntamos por esos propósitos; el trabajo se ha convertido en una actividad automática. Terminamos trabajando para trabajar. De aquí surge el dilema que se plantea Sergio Sinay en este libro: ser lo que hacemos o hacer lo que somos, vivir para el trabajo o trabajar para vivir. La insatisfacción existencial es hoy una realidad ineludible. Este libro indaga en sus orígenes y avanza sobre su vigencia en la actualidad. El autor nos revela facetas del vínculo que nos une al trabajo, que quizá nunca nos permitimos pensar. Sin recetas, ni guías, nos ayuda de esta manera a cuestionar nuestra relación con el trabajo, nuestros deseos y, en última instancia, nos lleva a preguntarnos cuál es el sentido de nuestras vidas.

 

Sergio Sinay es ensayista, narrador y periodista. Investiga y escribe sobre vínculos humanos, temas existenciales, sociales y filosóficos. Cursó estudios de sociología y se formó en psicología gestáltica, humanística y existencial. Publicó más de treinta y cinco libros de ensayo y varios centenares de artículos y columnas sobre los temas en los que trabaja. Es columnista de los diarios La Nación, Perfil y EL Día (de La Plata), ganó en 1993 el Premio de Ensayo de La Nación. Como periodista dirigió importantes medios nacionales e internacionales y da conferencias, talleres y seminarios en Argentina, Chile, Uruguay, México y España. Su obra está traducida al inglés, italiano, francés y portugués. Entre su rica producción se cuentan Pensar, El apagón moral, La sociedad de los hijos huérfanos, La masculinidad tóxica, Ser padre es cosa de hombres, Inteligencia y amor, La falta de respeto, Sanar la pareja, La felicidad como elección, La vida plena, Elogio de la responsabilidad y Vivir de a dos. Como narrador ha publicado seis novelas (Noruega te mata, Morir en offside, Es peligroso escribir de noche, Dale Campeón, Sombras de Broadway y Ni un dólar partido por la mitad), que lo ubican entre los precursores de la novela negra en Argentina, y el libro de relatos Cuentos machos.

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