Nutrición: ¿Hay alimentos que son adictivos?

Las adicciones pueden aparecer en relación a infinitas cosas, sustancias, acciones y alimentos o bebidas, y respecto a estos dos últimos, tiene gran relevancia la composición de dichos alimentos para provocar cierta dependencia o consumo excesivo. Si bien, el hecho de que exista una adicción implica un trastorno muy complejo, desde el punto de vista nutricional, podemos tomar medidas en cuanto a la reducción de aquellos alimentos que se caracterizan por ser “adictivos”.

En primer lugar, debemos analizar la naturaleza de los nutrientes contenidos en los alimentos, ya que hay algunos, como las grasas y los azúcares, que son los que más adicción generan. Este aspecto tiene mucho sentido desde el punto de vista fisiológico. Cuando tenemos hambre, buscamos, naturalmente, una comida más calórica, como las que tienen azúcares o grasas, que nos satisfaga más rápido y con mayor intensidad. Cuando comemos algunos de estos alimentos, se produce una activación en distintas regiones del cerebro similares a las de los adictos a otras drogas, como la cocaína, entre tantos otros ejemplos.

El “sistema de recompensa”, es decir, esa respuesta de satisfacción que nos da el cerebro una vez que consumimos grasas y azucares, se activa de forma más aguda, por lo que nuestras hormonas hacen que fijemos nuestra atención en dichos alimentos específicamente.

Si bien, comprendemos que es un sistema “fisiológico”, podemos frenarlo mediante el control o reducción del consumo de los alimentos que resultan más adictivos, entre los cuales se encuentran:

  • Pizza
  • Chocolate
  • Papas fritas (snack)
  • Galletitas
  • Helado
  • Hamburguesas con queso
  • Gaseosas con azúcar
  • Tortas
  • Queso
  • La panceta
  • El pollo frito
  • Los cereales
  • Las golosinas
  • Barras de cereal y turrones

Los alimentos altamente procesados, a diferencia de los naturales, tienen más posibilidades de provocar un pico o una subida de azúcar en la sangre, circunstancia que activa ciertas áreas del cerebro relacionadas con las adicciones. Es por ello, que siempre se recomiendan las preparaciones caseras, a fin de evitar aditivos que puedan actuar en nuestro sistema nervioso provocando más dependencia o adicción a las mismas.

Las situaciones de ansiedad o estrés pueden conducirnos a la sensación constante de tener hambre y que acabemos “picando” a todas horas, sobre todo, con productos manipulados, fabricados expresamente para que no podamos dejar de comerlos, es decir, ricos en grasas, azucares y sodio.

La principal recomendación es disminuir el consumo de estos alimentos debido a su composición nutricional, aumentando el consumo de productos frescos, como frutas y verduras, preparaciones caseras, ayudar a controlar el estrés a través de la práctica de alguna actividad física que nos agrade y siempre, ante situaciones donde la comida se convierte en un “problema”, pedir ayuda a los profesionales capacitados para tal fin.

Lic. Romina Krauss-Nutricionista

M.P. n° 147

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas