Con la cabeza puesta en la Copa Libertadores y en el escándalo por la mala inclusión de Bruno Zuculini, Racing logró aislarse de las discusiones y, en Paraná, aplastó 3 a 0 a Patronato por la tercera fecha de la Superliga.
Fue una gran actuación del equipo de Eduardo Coudet, que llegó a Entre Ríos envuelto en una feroz polémica y se fue revitalizado, con mucha más energía de la que tenía en Avellaneda.
Racing llega muy bien al partido del miércoles ante River, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores. La frescura de sus futbolistas lograron que este viernes por la noche la Academia volviera a brillar. El Chacho, a la espera del trascendental partido, prefirió presentar un equipo con algunos cambios.
Es cierto que jugó contra un rival de menor peso, limitado, que tiene como único objetivo permanecer en la máxima categoría del fútbol argentino. Pero todo la tormenta que se generó en la previa llevaron a Racing a una situación incómoda, de la que se escapó jugando bien al fútbol.
Todo comenzó muy rápido. Racing, en el amanecer del partido, dio un paso al frente y se encargó de controlar las acciones del juego. Patronato era apenas un espectador, perdido en su propia cancha.
A los 29 minutos, cuando la diferencia en el funcionamiento era evidente, Guillermo Pol Fernández abrió fuego y puso el 1 a 0. Poco después Augusto Solari desperdició una oportunidad de gol muy clara. Al mediocampista le quedó la pelota suelta a pocos metros del arco y, sin marca ni rivales en el radar, tiró la pelota por arriba del travesaño. Pocas veces un futbolista profesional se equivocó de tal manera.
Si Patronato tenía algún tipo de ilusión de revertir el resultado, quedó olvidada a los cinco minutos del complemento cuando Ricardo Centurión, de penal, puso el 2 a 0.
La perla de la noche llegó a los 25: Maxi Cuadra (asistido por Gustavo Bou) marcó un golazo, casi de potrero.
«Solo pienso en buscar la clasificación. Nos tenemos mucha confianza», dijo Coudet cuando le preguntaron por la previa del duelo de Copa.
Ahora sí: Racing sólo piensa en el miércoles, cuando se juegue el partido de la polémica con River.
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