Fueron mamás, las dos le darán la teta a su bebé y la que no fue la gestante consiguió licencia por maternidad

Están juntas hace siete años y se convertirtieron en madres a través del método ROPA. Paula gestó un embrión que le transfirieron con un óvulo de Cecilia. Juntas lograron por primera vez en Capital Federal que le otorgaran a quien no llevó el bebé en la panza los 120 días.

León cumplió tres semanas de vida. Sus mamás Paula y Cecilia recibieron a TN.com.ar en el living de su casa para contar su historia de amor y lucha para tener a su bebé. El camino que recorrieron para ahora tenerlo en sus brazos fue largo y lleno de situaciones que atravesaron para hoy estar juntos. Desde que decidieron convertirse en madres, hicieron tratamientos de fertilización asistida y con el último embrión que le transfirieron a Paula, gracias al método ROPA ( recepción del óvulo por parte de la pareja), quedaron embarazadas después de un año de intentos frustrados. En los primeros meses, descubrieron que Paula tenía trombofilia y pese a que al principio tenían muchas dudas, el embarazo transcurrió de la mejor manera.

Dos meses antes de que naciera, Cecilia se preparó con medicamentos y estimulación con el sacaleche para poder también amamantarlo. Cuando el bebé ya estaba con ellas, y a Ceci se le terminaban los diez días que le habían dado en la escuela en la que trabaja de maestra, le otorgaron la licencia por maternidad. Su caso, marca precedente porque en el estatuto docente no hay ninguna figura que contemple la licencia porque no era ni la «madre gestante» ni el padre.

Ambas deseaban ser mamás. Ceci había manifestado desde el comienzo de la relación, hace siete años que quería tener un hijo. Para Paula, no solo implicaba encontrar a la persona adecuada sino además, querer dar ese gran paso, que finalmente dieron juntas. «Nos conocimos porque yo soy profe de educación física y daba clases de natación en un club, y sin darnos cuenta nos enamoramos. Nos pusimos de novias y un día decidimos mudarnos juntas. En ese momento empezamos a pensar que estaría bueno ser mamás, pero primero, teníamos que experimentar la convivencia», cuenta Cecilia.

Cómo iba a ser, quién iba a poner el cuerpo y los óvulos fue algo que resolvieron con los médicos especialistas. «En ese momento, la que salió candidata para todo fue Paula. Empezamos a hacer un tratamiento de fertilización, ahí descubrimos que sus óvulos no eran aptos y decidimos seguir con los míos. Así que probamos con el método ROPA y en el tercer intento fue nuestro primer positivo. Con el último embrión quedamos embarazadas», explican emocionadas.

Ellas vivieron cada momento como único. Aprendieron a disfrutar los tiempos de espera y a aceptar los resultados negativos que llegaron antes del positivo. «Fue hermoso porque fueron las horas más largas. Para la última transferencia sabíamos el día y la hora, después fue esperar el resultado. Nunca llegó el mail, pero nos metimos en la página del centro. Estaba subido el positivo. Siempre nos había dado cero y ese día, la subunidad beta era 3880», recuerdan con exactitud.

No les entraba la felicidad en el cuerpo, llamaron a sus familias que esperaban el resultado con la misma emoción que ellas. «Después,tuvieron en cuenta los cuidados de cualquier embarazo. A Paula le detectaron trombofilia por lo que se tuvo que pinchar la panza todos los días. Más allá de eso, hizo una vida normal y trabajó hasta el final».

León nació en la semana 37. «Fue por cesárea programada. Le mentimos a la familia con respecto al horario para que no estuvieran pendientes. Nos internamos, lo más relajadas posible. Si bien Cecilia explica que aparecieron algunas situaciones -tuvieron que aclarar que eran dos mamás y que no había papá- todo pasó a un segundo plano cuando llegó el momento del nacimiento».

De repente dijeron «ahí viene». Ellas vieron como «bajaban el telón y aparecía León, como en la película el Rey León. Lo envolvieron, se lo pusieron en el pecho a Paula y a los días ya estábamos en casa».

Cecilia había empezado dos meses antes del nacimiento, el tratamiento para amamantar. «Con ayuda de una puericultora, más la toma de domperidona (una pastilla para los vómitos que tiene la contraindicación que eleva la prolactina), sumado a las extracciones con el sacaleche, me fui acercando al sueño», cuenta.

Por ahora, la que empezó dándole la teta, por una cuestión nutricional, es Paula. «Yo sigo con el sacaleche mientras se afianza la bajada de leche. Cuando esté bien establecido, entrarán dos tetas más en acción. Hay mucha gente que no sabe que esto es posible. Lleva tiempo y preparación, es un sacrificio por lo que implica la estimulación y el sacar la leche durante 20 minutos».

Marcar precedente con la licencia por maternidad

«Cuando en el colegio en el que trabajo se enteraron que iba a ser madre, se pusieron muy felices. Como es privado, consultaron a la Dirección de Escuelas de Gestión Privada (DIEGEP) para determinar la licencia que me correspondía porque en el estatuto docente habla de madre y de padre solamente. Hay un vacío legal con respecto a la figura que contemple a la «mamá no gestante». «Ellos lo que propusieron fue que me dieran la licencia del padre: para el docente padre varón, diez días corridos«.

La abogada les había sugerido el amparo desde un comienzo, pero ellas preferían ir por la vía administrativa. «Si no funcionaba, íbamos al amparo». Tocaron todas las puertas posibles. «Fuimos a SADOP (Sindicato de Docentes de Escuelas Privadas), hablamos con gente de la defensoría, también en el Instituto contra la discriminación y en la Asociación de Familias Diversas. Nosotras queríamos que fuera el puntapié para otras familias que están en la misma situación».

Pese a los intentos, desde el Ministerio de Educación respondieron que le correspondían diez días. «Cuando nos dicen que no, ahí presentamos el amparo. Fue durante la feria judicial y como además, León no había nacido, nos dijeron que no había apuro. Nos hicieron algunos señalamientos y una vez que se retomó la actividad, y contrarreloj, la abogada presentó otro recurso. «Lo corregimos y lo presentamos en el juzgado 15 donde escucharon el pedido. Me quisieron conocer y finalmente me dieron los 120 días. Fue muy importante el hecho de que yo haya decidido amamantar para no cortar el vinculo con él».

(TN)

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