Lograr una alimentación saludable es uno de los grandes objetivos en la sociedad actual. Hay una marcada tendencia hacia un plan de alimentación que abandona conceptos como “dieta” o “régimen”. Nuestro país, como muchos del mundo, lucha contra cifras crecientes de obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares en todas las edades.
En los hogares, diariamente se plantea la difícil tarea de seleccionar aquellos alimentos para consumir en los diferentes momentos del día que impacten lo menos posible en nuestro peso y sean beneficiosos para la salud, pero sucede que, la mayoría de las personas, centran su atención en las calorías y no tanto en la calidad de los nutrientes de cada alimento.
Aprender a elegir alimentos ricos en nutrientes (vitaminas, minerales, proteínas, grasas e hidratos de carbono saludables) y preferentemente poco calóricos, sería lo ideal para una alimentación saludable. De este modo se sale del antiguo paradigma que llevaba a seleccionar los alimentos solamente en función a las calorías que aportaban para redireccionarnos hacia un nuevo concepto que contempla al alimento en su totalidad, evaluando todos los nutrientes que lo componen.
Para comprender esta idea podemos tomar el ejemplo de una ensalada Cesar y un sándwich de jamón y queso. Ambos tienen un aporte de calorías similares, pero si analizamos sus nutrientes la ensalada es rica en fibras, vitaminas, minerales y grasas saludables (condimentada con aceite), mientras que el sándwich aporta, principalmente, grasas saturadas y sodio del fiambre y queso y harinas refinadas del pan. Otro ejemplo más directo es de un plato de arroz blanco y uno de arroz integral. Ambos aportan las mismas calorías, pero el integral nos brinda fibras, vitaminas y minerales, además de los hidratos de carbono, que es lo único que aporta el arroz blanco.
Debemos tener en cuenta que un plan de alimentación saludable debe ser lo más variado posible para abarcar la mayor cantidad de nutrientes, obviamente debemos cuidar las calorías, para lograr un balance en relación a nuestro gasto diario, más aún cuando se desea bajar de peso, pero la idea principal es elegir aquellos alimentos que mayores beneficios nos brindan a la salud, por su calidad nutricional. No es lo mismo bajar de peso consumiendo 1200 calorías diarias provenientes de harinas refinadas, azucares y grasas malas, que encima, nos generan más ganas de comer, que hacerlo a través de una dieta rica en fibras, proteínas, grasas saludables, hidratos de carbono complejos (más sanos), y con un adecuado aporte de vitaminas y minerales.
Lic. Romina Krauss-Nutricionista
M.P. n° 147