El hombre tiene miedo. Desde que decidió hablar vive con custodia policial permanente. Y no es para menos. Por su testimonio, uno de los narcos más peligrosos de la región puede ser condenado a muchos años de cárcel. Se trata del testigo presencial del asesinato del mecánico Aldo Andrés Cantero (31), de cuya existencia nadie sabía… hasta hoy y EXPEDIENTES, el programa policial y judicial de Misiones Online, lo revela.
Esta persona es familiar del fallecido, del lado de su mujer. Él dijo, sin dudar, que el asesino es Néstor Fabián «El Negro» Rojas (52). Y juró que lo sabe porque estuvo en la casa del alejado lote 89 de Gobernador Roca cuando sucedió el homicidio.
El testigo ya declaró ante el juez de Instrucción Siete de Posadas, Carlos Jorge Giménez. Se sacó un peso de encima, pero ahora vive aterrado.
Dijo ante los investigadores que el domingo 5 de agosto, el compartió un asado con Cantero, la mujer de este, Liliana Machado, Rojas y la novia del último. Contó que a eso de las personas 14.30, Cantero llevó a su mujer y al hijo de la pareja, de dos años, hasta un festejo por el Día del Niño que se hacía en el barrio Fiscal de Roca. Añadió que luego, el mecánico volvió a la casa y la sobremesa, regada de cerveza, continuó.
Mientras los hombres tomaban, dentro de la casa, la novia del Negro dormía una siesta.
El ambiente era alegre, hasta que una supuesta actitud de acoso de parte de Cantero hacia la novia de Rojas cambió los ánimos. El testigo dijo que el mecánico habría tardado más de la cuenta en dos ocasiones en que fue a buscar hielo. Y que luego la chica llamó a Rojas y le dijo algo.
Rojas encaró enfurecido a Cantero y se desató una dura discusión, en medio de la cual el visitante sacó su pistola.
Cuando el testigo oyó que el visitante accionaba el arma para dispararla, les gritó que pararan. Entonces sobrevino la detonación.
Asustado, juró el hombre, solo atinó a salir corriendo de la casa. Mientras se alejaba escuchó dos o tres disparos más.
El cadáver de Cantero, con cuatro balazos, dos en la cabeza, fue encontrado ese domingo por la noche. Quienes habían compartido con él el asado y la cerveza ya no estaban. Tampoco el auto Renault Logan de la víctima. El coche apareció abandonado al día siguiente en Jardín América.
¿Que hacía Rojas con Cantero? La presencia del Negro tendría relación directa con los 1826 kilos de marihuana que el lunes 6 de agosto los investigadores encontraron enterrados en un depósito del mecánico.
Rojas habría llegado unos días antes a Roca para ver al mecánico. Nadie sabe desde cuándo se conocían.
Tras el crimen, el Negro se fue hacia el Alto Paraná, puntualmente a la casa de un hijo en Eldorado. Allí se habría desecho del arma homicida.
Los detectives ya estaban tras sus pasos y centraron la zona de búsqueda entre Montecarlo e Iguazú. Pero Rojas y su novia, sigilosamente, se tomaron un micro para Posadas.
En la capital provincial tenía otro negocio en mente: venderle tres kilos de cocaína a un grupo de entrerrianos.
Vendedor y supuestos compradores se hospedaron en el complejo La Aventura. Pero Rojas subestimó a los investigadores de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial y de la Dirección Homicidios de la Policía, que lo ubicaron y detuvieron, en un trabajo brillante que seguramente será recordado.
Entre las cosas que le incautaron a Rojas está unas llaves que serían del Logan de la víctima y unas zapatillas con manchas que serían de sangre.
El testigo clave demoró cinco días en animarse a hablar. Aún hoy, cuando cierra los ojos, escucha los disparos y recuerda la noche que corrió por su vida, en medio del monte.