«El Moconá que no se ve», la mirada del guardaparque y fotógrafo naturalista Fabián Franco desde lo profundo de la selva misionera

En una producción inédita de imágenes de la selva misionera registradas por el guardaparque, se publicó recientemente el primer libro “Moconá” con el apoyo de la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). “La belleza del Moconá es mucho más que los Saltos -principal atractivo turístico por su particular falla geológica del Río Uruguay inmerso en un entorno de selva- sino que adentrarse en el monte para contemplar sus paisajes, disfrutar de sus silencios, sus colores y olores, sus amaneceres y atardeceres, su energía, su cultura, sus árboles, todo eso hace vivir una experiencia diferente al visitante todos los días”, sostuvo Franco en la entrevista con ArgentinaForestal.com.

La UNaM brindó el apoyo para el proyecto de difusión y puesta en valor de la selva misionera, con el libro “Moconá” que contiene una colección inédita de fotografías inspiradas en la selva misionera y que fueron tomadas por el guardaparque Fabián Franco (42), quien desde 2016 se desempeña en el área natural protegida del Parque Provincial Moconá (PP Moconá) en la Reserva de Biosfera Yabotí, que forman parte de la ecorregión del Bosque Atlántico que se extiende desde Argentina, Brasil y Paraguay. Moconá se localiza en la zona centro-este de la Provincia de Misiones, específicamente en el Departamento de San Pedro, entre los municipios de El Soberbio y San Pedro, al límite con la República Federativa del Brasil, frontera con el Estado de Rio Grande Do Sul que mantiene en su territorio al Parque Estadual Do Turvo de 17.491 hectáreas.

Los exuberantes verdes del lugar, la belleza particular y característica de la flora y fauna de la Selva Paranaense, los recorridos internos monte adentro que lo llevan a encontrarse al visitante en forma cotidiana con cascadas, saltos, arroyos y ríos que bordean la zona natural, fueron reflejados en imágenes en la publicación. «Con el libro quiero mostrar que hay un Moconá que aún no es conocido por sus visitantes, y que su belleza es mucho más que los Saltos -principal atractivo turístico por su particular falla geológica del Río Uruguay y que se mantiene bajo el Sistema de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia-. Tiene que ver más con sentir el lugar, contemplar sus paisajes, sus silencios, sus colores y olores, sus amaneces y atardeceres, su energía, su cultura, sus árboles, todo eso hace vivir una experiencia diferente todos los días en el lugar”, sostuvo el fotógrafo naturalista en la entrevista en la que relató los motivos que derivaron en la publicación de su primer libro.

Moconá, en idioma guaraní significa “el que todo lo traga”. Los Saltos del Moconá tienen su belleza por la caída particular que se genera de las aguas a partir de una falla geológica del Río Uruguay, cuyo canal se estima tiene una profundidad de entre 50 y 160 metros aproximadamente. Los Saltos forman un cañadón de unos 3 km de largo lo cual le confiere el título de los saltos más largos del mundo, lo que lo convierte en un atractivo único. Por ley 24.288, además fue declarado en 1993 como Monumento Natural Nacional.

 

Pasión por la naturaleza

Oriundo de Puerto Libertad, Misiones, de familia numerosa y con una infancia siempre rodeada de la selva misionera, al terminar sus estudios secundarios, Fabián decidió viajar por el país y conoció diferentes destinos de naturaleza. Años después, a su regreso a la provincia, realizó un curso de capacitación para formarse como Brigadista de Incendio Forestal que dictaban con el Plan Nacional de Manejo de Fuego y el Ministerio de Ecología de la Provincia, en Apóstoles. Con esa competencia laboral, se presentó después ante Ecología para ingresar al plantel del Cuerpo de Guardaparques de Misiones. Fue asignado al inicio de su actividad al Parque El Puma (Candelaria), después al Parque Provincial Cruce Caballero (Bernardo de Irigoyen) y finalmente, en 2016 fue trasladado al Puesto del PP Moconá, hasta la actualidad.

“Al principio, el traslado de lugar no fue de mi agrado. Pero el monte misionero en Moconá me atrapó al poco tiempo de haber iniciado las guardias, y además me encontré con dos grandes personas y compañeros, Santiago Bellitti y Leonardo Rangel. Cada momento la selva muestra vivencias diferentes, lo que me llevó hace cinco años a comprar una cámara fotográfica para realizar los registros de paisajes, insectos, flores, las neblinas que se forman al amanecer, los pájaros, y de todo aquello que llamara mi atención y me despertara emociones. Pero nunca imaginé que terminaría publicando un libro del Moconá”, admitió el guardaparque.

La foto de portada del libro tiene un significado especial para Franco, porque fue tomada una madrugada de noviembre de 2017 en que junto a su compañero de guardia, el guardaparque Santiago Bellitti, en una recorrida se cruzaron de frente con una yaguareté cerca de las 7 de la mañana, a pocos metros del arroyo Yabotí.

Estos felinos se encuentran en peligro de extinción Sudamérica, en la Argentina quedan muy pocos ejemplares y fue declarado Monumento Natural Provincial. “El yaguareté es un animal “fiaquento” –los describe el guardaparque- pero muy inteligente. Al cruzarse con nosotros, solo se adelantó a paso lento por el borde del camino. Por lo general no ataca al hombre, no ve al ser humano en su cadena alimenticia. Pero cuando observa a una persona toma distancia», explicó Fabián frente a la increíble experiencia de encontrarse en el lugar con este felino.

 

El 40% (8.000- 2,7% de todas las plantas de la tierra) de las 20.000 especies de plantas del Bosque Atlántico son endémicas. El 42% (567 especies – 2,1% de los vertebrados terrestres del planeta) de los 1.361 vertebrados terrestres del Bosque Atlántico también son endémicos. Más del 52% de sus especies arbóreas, el 74% de las especies de bromelias, el 80% de las especies de primates y el 92% de sus anfibios, son endémicos… (Fundación Vida Silvestre Argentina)

Sentir la selva misionera

“Moconá es un lugar que tiene una energía muy especial, no es solo lo que se ve a simple vista, es mucho más bello todo lo que «no se ve» del Moconá monte adentro: sus caminos, sus flores, sus insectos, sus nidos, sus colores, sus olores, sus silencios, sus momentos al caer o salir el sol, todo eso genera una experiencia muy emocionante. Es difícil de explicar para mí porque el monte es un sentir, es algo muy profundo lo que te despierta cuando entras en contacto con la selva misionera”, relató con cierta timidez.

Con el libro, el guardaparque y sus colaboradores, buscaron mostrar que “la selva está viva en Moconá”, señaló Fabián. “Tiene mucho para mostrar, como sin dudas muchos otros lugares de la selva misionera en la provincia”, remarcó.

Para ingresar al área del PP Moconá, ya bordea el arroyo Yabotí Guazú y el Río Uruguay. “Estas aguas tienen su particularidad, que suben y bajan en forma constante en la zona. Eso también hace que el paisaje siempre este en movimiento y todo sea diferente. De igual forma, aunque los Saltos del Moconá no estén visibles por la crecida del río, hay mucho por disfrutar en el área natural que tiene una singular belleza, por sus neblinas, sus verdes, sus caminos, que en imágenes intento registrar y transmitir, pero no sé si logro realmente”, se excusó el naturalista.

La bióloga María Paula Bertolini, la periodista Cristina Besold, la responsable de Comunicación Institucional de la UNaM, Claudia Sapa, y el ex rector de la UNaM, Javier Gortari, fueron los que acompañaron al fotógrafo a lograr editar esta primera publicación de “Moconá”, movilizados por despertar la visita al lugar con el compromiso del cuidado ambiental y la conservación de la biodiversidad de la selva misionera, todos profesionales que fueron mencionados con gratitud por el guardaparque.

La UNaM tiene la carrera de Técnicos en Guardaparque, que se dicta desde 1997 la Tecnicatura Universitaria en Guardaparque, bajo la coordinación de la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado y en el anexo de San Pedro.

“Creo que cada uno tiene que hacer una revolución individual y tomar como propio la protección del ambiente, plantar árboles nativos, conocer el valor ambiental que tiene la provincia y colaborar en conservar la selva misionera. Aún en la provincia hay gente que no conoce los parques provinciales que tenemos, incluso hay muchos misioneros que no conocen las Cataratas del Iguazú o los Saltos del Moconá, viviendo en Puerto Libertad, Wanda, San Pedro o El Soberbio. Hay que movilizar a la educación ambiental, promover que las escuelas, los adolescentes, que las familias de la provincia visiten la selva misionera, los parques y reservas naturales”,fue el mensaje de uno de los custodios del Moconá.

De esta forma, con la publicación promueven que el paisaje del  PP Moconá, dentro de las 253 mil hectáreas de extensión que abarca la Reserva de Biosfera Yabotí, invite a conocer el área y esto sea un granito de arena para posicionar el lugar como uno de los destinos naturaleza más relevante de la Argentina. Una maravilla natural en el país que se intenta promover a través del libro de la editorial universitaria con una mirada más profunda en la exploración de la selva misionera y a través de las fotografías registradas por uno de sus guardianes, de los casi cien que tiene la provincia con el Cuerpo de Guardaparques de Misiones del Ministerio de Ecología de Misiones.

 

Fotografías: Fabián Franco

Por Patricia Escobar 

 

 

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