Si bien las condiciones climáticas como la niebla afectan la normal operatividad de los vuelos en distintos puntos, en el aeropuerto de Corrientes se presentan complicaciones extras por la escasez de equipamientos, como el sistema de radioayuda para el piloto, que permite aterrizar sin tener una visibilidad óptima.
Hace algunos días, uno de los aviones de Aerolíneas Argentinas fue derivado al aeropuerto de Resistencia, Chaco. Los pasajeros que viajaban a Buenos Aires hicieron saber su malestar, ya que el vuelo fue reprogramado sólo una hora después en la capital chaqueña. “Tuve que pagar $700 un taxi para poder llegar a tiempo”, señaló al respecto una mujer, mientras que algunas familias de más de cuatro integrantes debieron abonar dos móviles, es decir, el doble.
En tanto, los que fueron al aeropuerto correntino Piragine Niveyro en vehículo particular también reclamaron. “Tengo que dejar la camioneta en el Chaco y mañana vuelvo y aterrizo en Corrientes; voy a tener que viajar para buscar mi vehículo”, expresó molesto uno de los pasajeros.
Es que el vuelo estaba programado para las 7.30 y recién casi a las 8 avisaron en el aeropuerto que el vuelo saldría desde la vecina provincia a las 9. “Por las condiciones climáticas no pudo aterrizar acá, pero sí en Resistencia por la radioayuda”, explicaron algunos empleados a los pasajeros.
Vale recordar que, más allá de una remodelación y varias obras realizadas en el Piragine Niveyro, la puesta en funcionamiento de uno de los mecanismos de asistencia para el aterrizaje es uno de los principales anhelos y del cual se habla desde hace tiempo.
Fuente: El Litoral
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