La CAME presentó propuestas para “garantizar la supervivencia de más de 800 mil Pymes”

Elevaron un documento al ministro de Producción, Dante Sica, en el cual plantean medidas para aumentar el financiamiento y suspender todos los embargos de la AFIP hasta diciembre. También solicitan mejorar las condiciones para el pago y la refinanciación de deudas; entre otros temas.

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) presentó este miércoles una nota al ministro de Producción de la Nación, Dante Sica, en la cual efectúa un conjunto de propuestas “diseñadas desde las necesidades y la visión de las Pymes que buscan resolver los serios problemas de financiamiento con los que actualmente lidia el sector”.

Por medio de esta misiva, la entidad que preside el misionero Gerardo Díaz Beltrán, explicó que “las tasas de financiamiento de las pequeñas y medianas empresas crecieron sustancialmente en los últimos meses, alcanzando niveles incompatibles con la rentabilidad actual que están obteniendo sus proyectos. Además, se suma que hay pocos créditos accesibles en el mercado para financiar capital de trabajo, compras de maquinarias, insumos o nuevas inversiones que mejoren la competitividad de la empresa, la exportación y el aprovechamiento de las nuevas condiciones que presenta el mercado”.

Al momento de esgrimir cifras, la CAME, señaló que los pasivos financieros de las Pymes ascienden a 490 mil millones de pesos, según datos del Banco Central, teniendo en cuenta todo tipo de créditos, con tasas que promedian el 50%-60% anual. “Además, se trata de dinero que no ingresa al sistema productivo, sino que es drenado en el canal especulativo”, apuntó y advirtió que las dificultades para pagar en tiempo y forma esas deudas generan una espiral creciente de pasivos que asfixian financieramente a la empresa y deterioran las cadenas de pagos. “Es por ello que creemos fundamental que se consideren estas propuestas como paliativos de la situación planteada, buscando garantizar así la supervivencia de las más de 800 mil Pymes nacionales, y proteger con ello la creación de empresas, su consecuente generación de empleo y el ingreso familiar”, remarcó uno de los párrafos de la nota presentada al ministro Sica.

Entre los problemas que atraviesa el sector Pyme, desde la CAME destacaron el “brusco incremento” de las tasas de financiamiento. En bancos de primera línea -afirmaron – , las tasas por descubierto en cuenta corriente se ubican entre 80% y 100% anual, por préstamos personales (una modalidad que utilizan muchas pymes para financiarse por la rapidez y bajos requisitos con que son otorgados); entre 70% y 105% anual, por descuentos de cheques de alta calidad superan al 60%, y por préstamos productivos promedian el 50% en la mayoría de los sectores. Indicaron que existen pocos créditos accesibles en el mercado para financiar capital de trabajo, compras de maquinarias, insumos o nuevas inversiones que permitan mejorar la competitividad de la empresa, exportar y hacer frente o aprovechar las nuevas condiciones del mercado.

En un segundo escalón, la CAME consignó que la coyuntura adversa actual encuentra a las Pymes con altos niveles de endeudamiento. Son, en su mayoría, financiamientos expuestos a tasas variables que están presentando muchas dificultades para ser atendidos. Los pasivos financieros de las Pymes ascienden actualmente a $490 mil millones, según datos del Banco Central, teniendo en cuenta todo tipo de créditos, con tasas que promedian el 50%-60% anual. “Las dificultades para pagar en tiempo y forma esas deudas generan una espiral creciente de pasivos que están asfixiando financieramente a la empresa. Porque los intereses punitorios en los atrasos, sumado a la suba de tasas, se vuelve impagable para el empresario en las condiciones actuales del mercado, donde se vende poco y con muchas demoras en la cadena de pagos. Las empresas les deben a los bancos, a la AFIP y a sus propios proveedores. Y en la medida en que la presión de AFIP y bancos se incrementa, se deteriora la cadena de pagos, quiebran empresas y se complica más la situación comercial, ya que todo el ajuste se realiza hacia el eslabón más débil de la cadena, que son las propias empresas proveedoras de la pyme, que también son pymes”.

En las siguientes líneas se reproduce el contenido de la mencionada nota presentada por la CAME al ministro de Producción, Dante Sica:

Propuestas destinadas incrementar el financiamiento a las pymes

1) Bajar de 29% a 21% la tasa por los créditos subsidiados para descontar cheques: Si bien una tasa de 29% parece ‘baja’, al poner como referencia la inflación minorista y lo que pagan los bancos por depósitos en plazo fijo, para la pyme en las condiciones actuales resulta ‘muy cara’. La tasa máxima que puede pagar una empresa en función de su actividad y rentabilidad oscila entre 18% y 21%, similar a la que tenían las Líneas de Crédito Productivo. Por encima de esos niveles se genera ahogo financiero.

2) Ampliar el destino de esa línea (21%): Es muy importante poner a disposición de las pymes créditos blandos para financiar capital de trabajo, comprar insumos, maquinaria, y financiar exportaciones en momentos donde el tipo de cambio favorece la salida al mundo. Las empresas tienen que continuar trabajando y los recursos propios para autofinanciarse están agotados. Las opciones entonces son: no invertir o hacerlo pero a tasas donde el riesgo de inviabilidad del proyecto es muy alto.

3) Eliminar los límites de monto para participar de la línea de 21% anual (hoy 29%): Que cada banco asigne cupos según la situación de la empresa.

4) Poner cupos, en esas líneas de crédito, por tamaño de empresas: Por lo que se pudo ver en estos Oías en el mercado, solo están accediendo a estas líneas las empresas medianas tramo II y las grandes. Las más chicas quedan excluidas. Por ello, es importante definir porcentajes del total que deben ser asignados a empresas según su tamaño.

5) Triplicar los fondos a través del BICE para financiar inversiones pymes: en 2017 se desembolsaron algo más de $13 mil millones a través de esa entidad en líneas como Primer Crédito Pyme, exportaciones, e inversión productiva con tasas muy convenientes. Ese monto equivale a apenas el 2,7% del stock total actual de financiamiento, en manos de las pymes. El gobierno, a través del BCRA, puede incrementar los fondos destinados a esa entidad y reducir las exigencias mínimas para acceder a ellos, priorizando el proyecto por sobre la situación patrimonial de la empresa. Se podría permitir que el BICE se fondee en sectores privados otorgando certificados de participación en fideicomisos de pymes, que permitan además algunos beneficios tributarios.

Nuevas propuestas para ampliar el caudal de financiamiento a la empresa

1) Utilizar parte de los encajes bancarios para financiar a través de la banca pública y privada a las pymes, a una tasa anual no mayor a 21%: Los créditos serán destinados a capital de trabajo, compra de maquinarias nuevas incluyendo su puesta en marcha y financiamiento de exportaciones en todas las etapas (pre y post). Si bien a fines de junio el BCRA dispuso una serie de flexibilizaciones para mantener activo el canal del crédito a las mipymes y reducir las tasas de interés aplicadas, su impacto fue muy reducido porque solo está participando la banca pública de esa estrategia. Siendo que desde principios de julio se incrementó en 5 puntos la tasa de encaje bancario y se permitió conformar un porcentaje en LETES por los cuales los bancos cobran una generosa tasa anual, sería razonable permitir usar una parte de esos fondos para financiar a las pymes a la tasa sugerida (21%).

2) Factura electrónica: poner en marcha de forma urgente la factura electrónica que permite descontarla como si fuera un cheque y abrir un nuevo canal de financiamiento. Las grandes empresas están frenando ese instrumento porque las obliga a pagar en tiempo y forma, cuando actualmente demoran los pagos a sus pymes proveedoras.

3) Devolver a las empresas los saldos técnicos acumulados en la AF1P actualizados por la misma tasa que ese organismo cobra por deudas atrasadas: el tiempo excesivo que se tarda en devolver ese dinero termina licuándolo. Las empresas podrían aplicar esos fondos para saldar deudas de todo tipo o invertir. Si bien se iban a agilizar los reintegros, eso no está sucediendo.

Propuestas para sanear los pasivos financieros de las pvmes

Con el salto en los costos financieros, la rentabilidad de la empresa se la están llevando los bancos en intereses punitorios y demás costos. Eso está deteriorando la cadena de pagos a proveedores y asfixiando a la empresa. Realizando una cuenta simple como para dimensionar la magnitud de esos costos, suponiendo que la deuda de la pyme tiene un plazo promedio de 5 años, y un CFT promedio de 50%, la transferencia de las pymes a los bancos solo en concepto de intereses este año superaría los $150 mil millones. Algunas soluciones posibles:

1) Ofrecer una línea a través del B10E a tasas máximas de 20%-21% para cancelar deudas de las pymes con los bancos que aplican tasas superiores al 50% anual: Las subas en los costos financieros encontraron a las empresas altamente endeudadas y con baja o nula capacidad de repago de esos pasivos porque el interés incrementa el capital adeudado armando una gran espiral de la cual las pymes no pueden salir mientras la economía no repunte. Lo que termina sucediendo es que la empresa corta la cadena de pagos, como se observó estos últimos meses, derivando en la quiebra y caída del empleo.

2) Acuerdo con el Sistema Financiero: este consistiría en renegociar las deudas con las pymes, dándoles un periodo de gracia de tres meses y bonificando desde el Estado Nacional parte de la tasa de interés.

3) Poner topes máximos al CFT que cobran los bancos por créditos personales, descubiertos, descuentos de documento y créditos productivos. Actualmente se descuentan cheques de primera línea a tasas nominales mayores al 50% y los créditos personales en bancos de primera línea llegan al 105%. En bancos y financieras de menor calidad, pueden superar el 300% anual.

4) Suspender todos los embargos de la AFIP a las pymes hasta diciembre: Si bien se dispuso recientemente ampliar de 29 a 60 días el plazo antes de ser embargada, sigue siendo muy poco tiempo dada la situación apremiante de la empresa. Según los datos de la AFIP, el año pasado se embargaron a casi 200 mil mipymes por deudas tributarias, lo que obligó a muchas empresas a tomar financiamiento bancario de salvataje en condiciones muy desfavorables para levantar esos embargos y continuar operando. Muchas de esas empresas volvieron a tener dificultades porque las tasas de interés de esas deudas tomadas para cumplir con la AFIP llegaron a niveles excesivamente perjudiciales. Evidencia de eso es que hay más de 120 mil pymes con deudas con la AFIP por un monto estimado en $100 mil millones (incluyendo deudas de personas físicas) de los cuales el 60% corresponde al último año. Bajar las tasas de los bancos, renegociar esas deudas y frenar embargos, son tres medidas decisivas en este momento.

5) Reformular la actual moratoria con tasas viables (no mayor al 21% anual) y pagables para las pymes: La AFIP anunció una moratoria para deudas vencidas hasta el 30 de junio que alcanzará a unas 120 mil empresas, pero a una tasa inviable para el sector. Según se especificó en el anuncio, la tasa MENSUAL será la del Banco Nación Argentina (BNA) más un spread de 2% o 3% dependiendo cuándo adhiera la empresa, dando como resultado una tasa de entre 4,5% y 5,5% mensual. Ninguna empresa podrá pagar esa deuda cuando al mismo tiempo tiene que abonar sus obligaciones presentes y cumplir además con los pasivos acumulados con el sistema financiero. La tasa para refinanciar esas deudas no debería superar el 21% anual y en el peor de los casos, ajustarse por la inflación anual minorista que a 12 meses es de 29,6%. Es muy difícil solicitarle a los bancos prudencia con las tasas si el Estado no toma la misma actitud a favor de las pymes. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que la AFIP no paga interés por los saldos que acumulan las empresas en su cuenta, generando inequidades entre lo que ‘cobra por lo que le deben’ y lo que ‘paga por sus deudas’.

6) Eliminar impuestos sobre intereses punitorios: además de cobrar una tasa de hasta 100% por un descubierto en cuenta corriente, se cobra sobre los punitorios impuestos como IVA y sellos, que elevan el CFT muy por encima de la tasa

7) Crédito Fiscal en IVA equivalente a lo efectivamente abonado por Constribuciones Patronales con destino a ANSES y PAN11 para microempresas: Esto implicaría un costo fiscal de $20 mil millones anuales a precios de 2017(0,2% del PIB). Restablecer parte de los beneficios del Decreto 814/01: Para el resto de las empresas (no micro) fuera de AMBA. Implicaría un costo fiscales de $15 mil millones anuales a precios de 2017 (0,15% del PIB).

8) En reconocimiento a las empresas que con un gran esfuerzo, y a pesar de la situación actual, hoy siguen estando al día con la AFIP, endeudándose, consideramos necesario bajar de 25% a 5% el primer anticipo de ganancias: hasta el año 2000 se pagaban 11 anticipos de 9% del monto total a pagar cada uno. Desde entonces se modificó ese esquema, solicitándose un primer anticipo de 25% y luego 9 anticipos de 8,33%. Es decir, la empresa tiene que anticipar el 25% de lo que le corresponderá pagar el año próximo por sus supuestas ganancias de 2018. Hacer frente a ese porcentaje se vuelve financieramente imposible para la pymes en las condiciones actuales del mercado. Por eso, es necesario bajar el anticipo inicial de 25% a 5% y cobrar luego 10 cuotas sucesivas de 9,5% cada una. No se trata de reducir impuestos, sino de que la empresa pague el tributo más cercano a la fecha que le corresponde y no acumule saldos técnicos en la AFIP. Dado que los anticipos se calculan sobre los resultados del año anterior, las probabilidades que este año terminen pagando más de lo correspondiente y les quede saldo fiscal a favor de la AFIP, son muy altas.

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