Hoy se celebra el Día del Panadero: historia y desafíos a los largo del tiempo

El 4 de agosto es el día de aquellos que con sus manos elaboran los más ricos panificados que acompañan la vida de las personas cada día, ya sea para compartir un mate, un té o acompañar un rico estofado. En Argentina es una jornada especial para todos aquellos que se dedican a la elaboración de este nutritivo alimento.

 El Día del Panadero es, en realidad, el Día Nacional del Obrero Panadero. Se conmemora la creación de la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, algo así como el primer sindicato de obreros panaderos un 4 de agosto de 1887. Todo esto, ideado por Enrique Malatesta, famoso anarquista que pasaba sus días en Buenos Aires en esa época. Recién en 1957, fue reconocido el 4 de agosto como el Día Nacional del Panadero por el Congreso Nacional argentino.

Esta es una profesión que se encuentra en constante transformación debido a los cambios que se producen en los hábitos de los consumidores y, que más allá de preparación y venta del pan o la fabricación de pasteles, exige competencias generales muy diversas para las que hay que prepararse de forma adecuada.

Las antiguas panaderías mutaron a de rústicos ambientes en los que podías encontrar una variedad de productos listos para lo cotidiano, desayunos, almuerzos, cenas, meriendas, entre otros. El reto del panadero moderno fue precisamente encontrarse en un ambiente tan demandante que tuvo que reinventarse y diversificarse.

El reto del panadero moderno, es adaptarse a los cambios y proveer mejores productos al consumidor

Ahora la competencia no es solamente con otros panaderos, sino también con los gustos de los propios consumidores. Daniel Galarza es maestro panadero hace 34 años en Posadas, comenzó esta profesión siendo muy joven, con 17 años. Aprendiendo lo básico hasta convertirse en un especialista en panificados.

Daniel remarcó que aunque tenga más de 30 años en esta profesión, continúa aprendiendo y en constante evolución para tratar de brindar siempre un mejor producto al cliente, “nunca se aprende todo, siempre hay algo más para aprender”.

Respecto a los cambios que vivió en estos años, destacó que antes la elaboración del pan tenía un proceso más artesanal, y el sabor era distinto, “el sabor de una pan elaborado y horneado en un horno de pan era distinto, pero los panaderos nos vamos adaptando y  evolucionando,  en un constante aprendizaje, trabajando a la par con las nuevas tecnologías”

 “Esta profesión continuará por año porque el pan en la mesa no puede faltar”, enfatizó nuestro maestro panadero.

 

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