Unos turistas ingleses le pagaron a un sin techo para que se tatúe la frente

 

Un grupo de turistas ingleses que viajaron hacia la zona de la Costa Blanca, España, para celebrar una despedida de soltero decidieron divertirse con un hombre de origen polaco en situación de calle, a quien convencieron con 100 euros de tatuarse el nombre del novio en su frente.

Los ingleses se lo encontraron en pleno festejo de su despedida por las calles de Benidorm, un reconocido balneario de la costa este de España, y tras convencerlo lo llevaron a un establecimiento especializado para que se tatúe «Jamie Blake, North Shields, N28»: el nombre del futuro marido, más su dirección. Sin embargo, el trabajo no pudo ser terminado por el fuerte dolor que le causó a la víctima. Por eso también fue muy criticado la actitud del tatuador que se prestó a esta broma de mal gusto.

El caso, que trascendió recién ahora en los medios españoles pero se produjo en mayo pasado, se hizo público a través de una denuncia de la Asociación de Comerciantes Británicos de Benidorm. De hecho, su presidenta, Karen Maling, confirmó al diario El País que iniciaron una colecta para tratar de borrar el tatuaje de la frente de Tomek, de 34 años.

Maling precisó que ya recaudaron 200 euros, aunque calculó que el costo total rondará los 300 y variará de acuerdo a «las sesiones necesarias y del dolor que le cause». La presidenta de la entidad británica también relató que habló con Tomek y le contó que se había gastado casi todo el dinero en comida y alcohol. Además le dijo que le robaron los últimos 17 euros mientras dormía en una playa de la ciudad.

El hombre sin techo es ya conocido por los servicios sociales del Ayuntamiento de Benidorm, de hecho, confirmaron que tiene problemas de alcoholismo. Y ahora no se le ve por la zona desde hace dos semanas.

Los turistas británicos fueron foco de las críticas tanto de los habitantes, como de las autoridades de Benidorm. Consecuentemente, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, informó que la comisaría local de la Policía Nacional abrió una investigación y «llevará a los responsables ante la Justicia». Lo mismo hizo la Policía Local, según el concejal de Seguridad de Benidorm, Lorenzo Martínez, quien tildó los hechos de «indignantes».

Asimismo, la fundación RAIS (Red de Apoyo a la Integración Sociolaboral) calificó el episodio de «trato degradante hacia una persona en situación de vulnerabilidad y de exclusión social». Luis Carlos Perea, director de Causa de esta organización, ha asegurado a El País que este tipo de comportamientos es una «expresión de la violencia que sufren las personas que viven en la calle».

De acuerdo a los datos recogidos por el Observatorio Hatento, que lucha contra los delitos de odio contra las personas sin hogar, una de cada tres sin techo recibió un insulto o ha sido objeto de vejaciones. Además, según los informes, uno de cada cinco ha padecido una agresión física y cada seis días muere una persona sin hogar en España.

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