Ricardo Centurión reveló fuertes detalles sobre su vida y la trágica muerte de su papá: «lo normal para mí era ver armas y drogas

Una versión diferente de Ricardo Centurión. Relajado y por momentos emocionado, el mediocampista ofensivo de Racing habló por primera vez de muchas de las polémicas que atravesó a lo largo de su carrera. Confesó que lo atraen las armas y que ya no vuelve a su barrio, la Villa Luján de Avellaneda, porque para muchos pasó a ser «un signo de pesos».

La vida de Centurión fue complicada y desde que debutó profesionalmente en la Academia su nombre estuvo salpicado de controversias, por involucrarse en situaciones que rozaron la ilegalidad. «Lo normal para mí era ver armas y drogas. Era lo que me pasaba por al lado“, confesó en una de sus primeras apariciones en el programa televisivo PH. Y agregó: «Me gustan las armas. Si me hubiera criado en un yate, me gustarían los yates».

El exGenoa de Italia y Boca Juniors dio detalles de su niñez. Fue criado por su abuela en Villa Luján, a la que prefiere ya no regresar: “Hoy ya no puedo volver al barrio, porque pasé a ser un signo de pesos para mucha gente. Me dolió y me sorprendió en su momento, pero ya está. Mucha envidia de gente que quizá no puede salir”.

Su representante le alquiló un departamento y Centurión sacó a su familia de la villa, pero también reconoció que cometió errores: «Llevé a mis amigos al departamento. Así que era prácticamente lo mismo. Mi mamá trataba de separarme de las amistades, pero sin la voluntad de uno mismo es muy difícil. Hoy sólo me quedan dos o tres amigos, de 30 que tenía antes. Las cosas que me decían me entraban por un oído y me salían por el otro».

«Cuando debuté en Primera, que me agarró todo junto, también agarré marihuana. Hoy en día te puede caer un antidoping sorpresa y si salta, para el futbolista es una mancha que no te sacás más», reconoció en relación a aquel 7 de mayo de 2012 en el que por primera vez jugó profesionalmente para la Academia y su relación con las drogas.

Su nombre fue uno de los que integró la lista de los preconvocados para viajar a Rusia 2018, pero en la definitiva de 23 quedó afuera. “Me quedé con ganas de ir al Mundial, pero sé que la situación se va a revertir. Soy joven todavía y si tengo nivel para estar, estaré”, analizó, con optimismo de cara a la próxima cita mundialista.

“A mi viejo lo perdí de muy chiquito, a los cinco años. Laburaba en una fábrica ilegal de pirotecnia. No se sabe cómo explotó la fábrica. Eran siete chicos que trabajaban ahí y fallecieron todos», reveló Centurión sobre su infancia, marcada por la tragedia de su papá.

«El policía me filmó con una cámara escondida en su chaleco antibalas. Salí a bailar un domingo a la noche que tenía libre. Cuando volví, la Policía estaba parando, yo amagué a detenerme pero seguí, crucé un semáforo en rojo y me siguieron como siete patrulleros. Reconozco que estuve mal, porque quise coimearlos. Lo que no me gusta es que, en este país, enseguida te señalan y todo toma mucha trascendencia. Me río de las barbaridades que dicen de mí, pero, ¿cómo le digo a mi abuela que no prenda la tele? Es imposible», cerró, en relación al episodio que ocurrió en marzo, cuando un oficial de la Policía lo grabó intentando pagarle para que no le cometa una infracción.

 

Fuente: TN

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