La pareja anhelaba formar una familia. Entonces, se anotaron en una convocatoria pública para adoptar a cinco hermanos de 5, 6, 8, 9 y 11 años y meses más tarde, se enteraron que habían sido elegidos.
No obstante, antes de que se les cumpliera el sueño, se enteraron de la situación de los cinco hermanitos, llamaron al juzgado de Jujuy y avanzaron, con todas las energías puestas en adoptarlos.
De esta forma, a la semana de la primera entrevista, los convocaron y les confirmaron que podrían comenzar la vinculación con los chicos, ya que habían sido elegidos entre 18 postulantes. Rápidamente, organizaron sus actividades para viajar cuanto antes, y a fines de 2017, fueron a conocerlos. Además, se compraron un auto con siete asientos, porque había algo que les decía, que lo iban a lograr, que finalmente se convertirían en padres.
Así fue que los conocieron el último día de escuela. “Llegamos a las 8 y media al hogar en donde estaban. Fuimos al acto y después empezamos a conocerlos uno por uno. Primero, la más grande, que ahora tiene once años, que nos abrazó y apoyó su cabeza en mi pecho”, indicó emocionada Paola, que es abogada y trabaja en los tribunales de Villa María, mientras que “Coki”, su marido, es vendedor para una empresa de alimentos.
Hace ocho meses, viven todos juntos en la ciudad cordobesa y desde un primer momento, la pareja contó que los llamaron “papá y mamá”. “Nos llevamos muy bien los siete, somos un equipo desde el principio. Durante la primera semana de vinculación, íbamos todos los días al hogar y estábamos alrededor de doce horas juntos”, contaron.
A pesar de que todavía quedan algunos trámites para la adopción definitiva, la familia celebra lo que dice es “una luna de miel”. “Nosotros nos desvivimos por darles a cada uno su espacio y la atención que necesitan. Charlamos todo, nos reímos, nos emocionamos con las pequeñas cosas de la vida cotidiana y estamos muy atentos a todo lo que necesiten”, relató la flamante mamá.
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