Está acusado de haber violado a sus hijas y ahora una testigo juró que las nenas le confesaron haber mentido y que el hombre es inocente

El relato de una testigo obligó al parate del juicio oral a un vendedor ambulante de 33 años de Puerto Iguazú acusado de haber abusado sexualmente de su hijastra y también de su hija biológica. Al menos hasta la mañana de este martes, cuando el Tribunal Penal de Eldorado resuelva una serie de pedidos que hizo la defensa del acusado.
La mujer, tía de las víctimas y llegada desde Buenos Aires, contó que las chicas le confesaron haber mentido en su declaración y que habían inculpado al padre a instancias de la madre.
Dijo ante los camaristas Atilio León, María Teresa Ramos y Lyda Gallardo que pasado un tiempo de que el caso tomara estado público, las víctimas lloraban de manera constante y cuando ella les preguntó qué pasaba, recibió como respuesta que ambas habían declarado una historia pergeñada por la madre, quien quería “sacarse de encima” al vendedor ambulante para iniciar un romance con otro hombre.
Añadió que las hermanas le pidieron que hiciera algo para que su padre fuera liberado, porque era inocente.
Esa tía consiguió la guarda de las menores por decisión de la Justicia. Su relato había sido solicitado por el defensor del acusado. Tras el testimonio, el letrado solicitó una “ampliación de Cámara Gesell” o subsidiariamente que se designe a peritos de parte para verificar las declaraciones que las chicas hicieron en su momento, para analizar si tienen o no valor.
Además pidió la ampliación de la declaración de la médica forense de Iguazú que examinó a la mayor de las víctimas, que supuestamente tenía lesiones compatibles con abuso sexual.
El fiscal Diego Barrandeguy rechazó los pedidos. Ahora, el Tribunal debe expedirse.
De acuerdo con la denuncia, los hechos sucedieron en los barrios Villa Tacuara y Las Orquídeas, entre 2011 y abril de 2016. A la nena más grande, que es hija de la entonces pareja del vendedor, presuntamente la abordaba cada vez que la sorprendía sola en la habitación. Allí, primero empezó a manosearla, cuando tenía seis años, y luego la accedió carnalmente, de acuerdo con la acusación.
A la otra pequeña, también hija de la misma mujer, pero con él, la habría manoseado tanto en su propia residencia como en la casa de su madre (abuela de la nena).
Cuando se conoció el caso, la mayor de las víctimas ya tenía 11 años. En su declaración en Cámara Gesell contó que el abusador la amenazaba para que no dijera nada y que ella temía por su vida.
La nena más grande incluso habría vinculado a su padrastro con la venta de drogas en la zona de Villa Tacuara de Iguazú, donde la familia residía en ese momento.
Su hermanita, en tanto, contó con en Cámara Gesell qué zonas de su cuerpo habían sido manoseadas por el padre. Y aseguró que había sido ultrajada en dos ocasiones: en una oportunidad en la pieza de su hermana, hallándose ésta ausente, y la otra en la residencia de su abuela (la madre del imputado).
La declaración de la tía puso en duda toda la historia. Habrá que ver qué decide el Tribunal al respecto.

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