Bajo la consigna: “señor presidente, lo invitamos a que viva un mes con el sueldo que ganamos”, decenas de profesionales de la salud venezolanos, durante una jornada de protesta, cerraron las calles y avenidas adyacentes a hospitales y a la sede de la Defensoría del Pueblo, en el fronterizo estado Táchira, ubicado al suroeste de Venezuela.
Al cumplirse 27 días del paro nacional convocado por dicho sector de la salud, las protestas arrecian en distintos estados de Venezuela, bajo la mirada indiferente del gobierno de Nicolás Maduro, negado a atender las necesidades de enfermeras, médicos y técnicos especialistas que demandan no solo un salario digno, sino condiciones laborales favorables para que el pueblo no muera más en los hospitales.
A las protestas se le han sumado los profesores universitarios, enfermos oncológicos, renales y sociedad civil, quienes exigieron a través de un documento entregado a la Defensoría del Pueblo, el pasado viernes 20 de julio, que este organismo sea garante de las inspecciones a los centros de salud pública y que constate el déficit en suministros, insumos, personal e infraestructura que padece el sector a nivel nacional.
“Estamos frente a un paro inducido por el Gobierno. En Venezuela no hay garantías de salud, no hay servicio de transporte público, no tenemos gasolina y somos un país petrolero, no existe dinero en efectivo circulando. Los servicios públicos son un desastre, no hay agua, la luz falla a diario, igual que internet y la telefonía. Es un caos de país y es el Gobierno quien lo ha destruido”, dijo Omar Vergel, miembro del Comité Intersindical de la Salud.
El déficit de capital humano en los hospitales venezolanos se ha incrementado de manera alarmante, y según la Federación Venezolana de Médicos a la fecha, 22.600 médicos han salido del país, mientras que el colegio de enfermeros reveló que 5.000 profesionales de esa área han emigrado.
De 170 enfermeros que laboraban en el Hospital Oncológico del Táchira, único centro asistencial del occidente venezolano donde se atiende a los pacientes con cáncer, en la actualidad solo 51 permanecen activos.
Más del 70% se fue en busca de una mejor calidad de vida, dejando a un lado a 700 pacientes con diversas afecciones cancerígenas que demandan la atención en el centro de salud pública.
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