Apropiación ilegal de la beba en Candelaria: la madre biológica, con una dura historia de pobreza y problemas psiquiátricos, podría ser declarada inimputable

Una de las primeras medidas que se le practicará a las detenidas por el caso de apropiación ilegal de la beba de Candelaria será la pericia psiquiátrica. Y en este punto, quien podría ser declarada inimputable es la madre biológica de la pequeña, por dos razones. La primera tiene que ver con su estado puerperal, que es una etapa crítica para la mujer, que debe lidiar con un hijo recién nacido y los cambios hormonales que alteran su estado físico y psíquico. Dura 40 días y las acciones que lleve adelante se tamizan con ese estado. Por otro, sus antecedentes por presuntos problemas psiquiátricos.

En situación de calle
María Angélica B. fue excluida de su hogar por episodios de violencia que tuvo con la abuela, con la cual residía. Como estaba sin casa, terminó viviendo con Susana A., empleada municipal y otra de las acusadas por el caso de supresión de identidad.
La mujer incluso pidió asistencia en la Municipalidad en abril. En una de sus visitas en la sede comunal, en medio de un brote de ira, tiró unas computadoras y terminó demorada por la Policía.
En el hospital de Candelaria incluso la habría atendido una psiquiatra, quien rechazó que se la medicara hasta después del parto.
María prácticamente estaba en situación de calle. En eso conoció a Susana, quien estaba obsesionada con tener un bebé. No fue difícil convencer a la embarazada para que le entregara la criatura.
Los conocidos de María le contaron a los investigadores policiales que la mujer primero recibió como oferta una casita de madera y unos pocos muebles. Después, dinero en efectivo por la presunta venta de una casa que Susana tenía en Buenos Aires. Luego la promesa de una pensión por discapacidad tramitada en la Municipalidad. Y finalmente trabajo en Buenos Aires, por tres o seis meses, con una pariente de Susana, «hasta que todo se calmara».
En los mensajes que intercambiaba con la poca gente de confianza, María contaba que a medida que el embarazo avanzaba, Susana se ponía más tensa. Dijo que le decía, entre otras cosas: “Es la última vez que te hablo, no me salís más, o agarro y te denuncio», «Tres meses te cobro por lo que te mantuve y vas a ir 6 de presa”, “No veo la hora de que nazca el bebé y que desaparezcas».
María se sentía presa en la casa del barrio 2 de Febrero donde no la querían y su presencia generaba recelos. Hasta el último día de gestación se lamentó del hombre en quien confió y luego de enterarse de que estaba encinta, se borró.

Perderá el trabajo
Diferente sería la situación de Susana. La joven de 24 años, que trabajaba en el área de Cultura de la Municipalidad de Candelaria, sería removida del puesto. Como no tendría problema alguno, sería sometida a proceso por el delito de «supresión de identidad». Mismo panorama le espera a la enfermera Patricia M., una suerte de gestora de la empleada municipal para que la adopción irregular llegara a buen puerto, algo que finalmente no sucedió. La casa de Patricia en el barrio Anselmo fue allanada el miércoles.
La beba actualmente está a cargo de la Defensoría de Menores 5, María Isabel Bar.

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