Mario Losada, el que luchó por una democracia verdadera y una República y un federalismo auténtico

Coincidiendo con los ochenta años que hubiera cumplido Mario Aníbal Losada, se realizó un homenaje en su memoria.

Albert Camus estaba convencido de que la mayoría de las personas que hablaban en ocasión del entierro de un amigo, o en un homenaje en su memoria, mistificaban la relación que tuvieron y magnificaban sus virtudes y olvidaban sus defectos. Estoy seguro de que no se me podrán imputar esas erróneas reflexiones.

En esa inteligencia, afirmo que Mario fue, dicho sin rebusques, un buen tipo. Querible, amigo de sus amigos, simple y al mismo tiempo profundo, inteligente y que durante su larga y exitosa vida pública luchó por una provincia y un país mejor; y sin concesión alguna, por una democracia verdadera y una república y un federalismo auténtico. Va  de suyo, y quizá no debería decirlo, pues el que lo conoció lo sabe, honesto sin admitir prueba en contrario y solidario a carta cabal. Aunque lo que expreso es verdad, me parece que seguir con los elogios sería entrar en contradicción con lo que expreso más arriba.

Se me vienen a la memoria los momentos vividos – los buenos y los malos. Las campañas políticas, las que perdimos y las que ganamos. Me acuerdo de todo. Pero me cuesta seguir. Se me ocurre en este final releer a Miguel Hernández, quien en su Elegía a Ramón Sijé, dice:

 

Temprano levantó la muerte el vuelo

temprano madrugó la madrugada,

temprano está rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada

no perdono a la vida desatenta

no perdono a la tierra ni a la nada…

 

Con Mario Losada éramos amigos…

 

*Diputado Provincial (MC)

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