Tragedia en el puente caído: a un año del accidente, dos policías se encaminan hacia el juicio por la muerte del misionero Rogelio Schweig

Hoy se cumple un año del fatal accidente que le costó la vida al misionero Rogelio Schweig (47), quien cayó con su vehículo desde el puente colapsado de la ruta nacional 12 al arroyo Guazú, cerca de Esquina, Corrientes. Su mujer se salvó de milagro y hay dos policías que están imputados por el hecho.
Los acusados son dos suboficiales de la Policía de Goya, que están como sospechosos del delito de “homicidio culposo”. Ambos uniformados pertenecientes a la Policía Rural e Islas y Ambiente Rural (PRIAR) estaban a cargo del control vehicular en el horario en que el conductor de la camioneta Ford EcoSport circulaba hacia el Sur, sin ser advertido de la avería en la vía de tránsito.
Desde el punto de vista de los funcionarios del Ministerio Público Fiscal y del juez de Instrucción Gustavo Vallejos existirían elementos suficientes para endilgarles responsabilidad a dos efectivos policiales que habían sido designados en el puesto de control montado para alertar de la situación a los conductores a fin de evitar que lleguen hasta el puente roto.
Lo que se trata de establecer es la posible co-responsabilidad de esos policías que tenían la orden de restringir el tránsito sobre la ruta tras haberse ordenado la instalación de un retén vehicular en esa localidad ubicada a 20 kilómetros al Norte del puente caído.
Elena Dzikovski (46) es la viuda de Rogelio. Ambos habían salido de Comandante Andresito e iban hacia Buenos Aires cuando sucedió la tragedia. Ella contó que no vio cartel ni otro tipo de señal que les hayan alertado acerca de que el puente con el que se encontrarían estaba roto.
Dijo que esa madrugada, alrededor de las 4.15, iban tomando mates. Habían salido temprano luego de dormir en Goya.
La mujer contó que una vez que una vez que se les terminó el puente, la camioneta cayó de punta. Primero dio contra uno de los tramos caídos del paso y luego acabó en el agua. Ella pudo salir y le abrió la ventanilla del lado del conductor para que él saliera. Nadaron un tramo, pero el hombre desapareció de la superficie.
Dzikovski contó que lo último que le oyó decir a Rogelio es que le dolía el pecho. El cuerpo del hombre fue rescatado recién el fin de semana siguiente. La Ford EcoSport nunca apareció.
Hace unos días, la mujer, quien sobrevive con una pensión para mantener a sus siete hijos, dijo: “Vialidad tenía que haber puesto señales y no había nada. Y otro la Policía. No había nadie y yo no vi a nadie”.
Un año pasó tras una tragedia incomprensible.

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