¿Por qué dormir pocas horas predispone al aumento de peso?

En la actualidad, el ritmo de vida acelerado de la sociedad, en general, nos lleva a descansar menos tiempo, provocando varias consecuencias en relación al estado general y la salud. Entre los principales aspectos en los cuales influye un mal y poco descanso, está el aumento de peso y trastornos alimentarios.

Dormir al menos 7 horas al día parece ser la clave para controlar las hormonas que regulan nuestro apetito. Durante muchos años circuló la falsa creencia de que dormir pocas horas nos hacía adelgazar. Sin embargo, la realidad es muy distinta, ya que tener hábitos de sueño adecuados evitan desórdenes hormonales que nos pueden conducir a un mayor apetito y a ingerir más cantidad de alimentos. Este proceso está relacionado con dos hormonas, implicadas en la regulación del apetito: la leptina y la ghrelina.

Las personas que duermen menos de 6 horas, comparado con aquellas que duermen entre 7 y 8, producen mayores niveles deghrelina y un descenso de leptina. Esta primera hormona, es sintetizada principalmente por el estómago, cuya función es informar al cerebro de que el cuerpo debe alimentarse. Así, su nivel aumenta antes de comer y disminuye después de la alimentación. Y la leptina, por su parte, es secretada en el tejido adiposo (grasa corporal) y pasa a la sangre, por donde viaja hasta el cerebro y otros tejidos, causando pérdida de grasa, disminución del apetito u otras funciones.

Entonces, la consecuencia más importante de estas alteraciones neuroendocrinas es el aumento del apetito, especialmente por alimentos hipercalóricos y ricos en hidratos de carbono, para intentar sustituir la energía que no se recuperó por la falta de un sueño reparador. Y esto acaba provocando una sobrealimentación y, en consecuencia, una ganancia de peso, y, por otro lado, una menor utilización de las reservas grasas.

Podemos decir entonces, que dormir pocas horas por día provoca que comamos mayor cantidad de alimentos, prefiriendo aquellos con nutrientes de menor calidad como azúcares y grasas, que no tengamos esa sensación de saciedad o de “estar satisfechos”, y, además, que nuestro cuerpo utilice menos a las grasas de reserva.

No olvidemos que el sobrepeso y la obesidad son trastornos de causas múltiples, entre las cuales son pilares fundamentales para su prevención y tratamiento, la alimentación equilibrada y saludable y la actividad física regular, sin dejar de lado el control del estrés.

Lic. Romina Krauss-Nutricionista

M.P. n° 147

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