Pide ayuda desesperada, denunció por violencia de género y el presunto agresor sigue suelto en Posadas: “Siento que me va a venir a matar”

“Persecución, amenazas, episodios violentos, actitudes obsesivas. Todo eso sufrió y sigue sufriendo una joven posadeña por parte de su ex pareja Juan G., quien a pesar de tener una restricción de acercamiento continúa amedrentándola y poniendo su vida en peligro”, indicó  el abogado Orlando Bordón, quien forma parte del equipo del estudio jurídico que tomó el caso de la joven.

Según detalló el  abogado Orlando Bordón, desde abril, la joven realizó tres denuncias ante la justicia y la policía. Como medidas de protección, le otorgaron un botón anti pánico y dictaron la medida de restricción de acercamiento para el acusado, lo cual el hombre nunca cumplió, según sostienen desde el estudio.

“Después de un ataque al auto de la víctima, el hombre quedó detenido y al día siguiente lo liberaron. G. tiene antecedentes de denuncias anteriores por violencia de género y es único hijo de una familia de buena posición económica”, precisan desde el estudio.

La joven se desempeña como auxiliar de maestra jardinera en una escuela de Posadas y temía hasta perder su trabajo a causa de esta situación. “Quiero que tomen las medidas necesarias, que me den garantías que esto no va a volver a pasar, es obvio que es él y no es la primera vez que lo hace, tiene varias causas. Que se haga Justicia, que no quede libre como si nada. No puede andar suelto por la calle”, dijo la víctima.

Ayer, abogados del estudio, la joven y directivos de la escuela donde trabaja la denunciante, mantuvieron una reunión y desde la institución manifestaron todo el apoyo a la víctima y garantizaron su seguridad laboral.

Para el estudio, “se trata de un nuevo caso que deja entrever la inoperancia de las fuerzas de seguridad y la justicia para proteger la vida de las mujeres”. Por eso, la joven junto a sus abogados decidieron acudir a los medios.

DETALLES DE LA HISTORIA

Todo habría comenzado el 16 de diciembre pasado cuando se pusieron en pareja. En marzo habrían comenzado a aparecer conductas obsesivas de parte del hombre, las cuales derivaron en discusiones y peleas.

Seguidamente, el jueves santo se habría dado el primer incidente, cuando luego de una discusión, G. se quedó esperando con su camioneta frente a la casa de la joven, quien recibió 266 llamadas y mensajes de amenazas, alertando a toda su familia. “El padre varias veces reconoció que el hijo tiene problemas. Son conscientes de esto y nos dijeron que no hagamos nada al respecto que ellos lo iban a controlar”, agregó el abogado.

En el mes de abril la joven vivió otra situación extrema, según detalla: “todas las amenazas que me hizo, las cumplió”. G. ingresó a la escuela y la amenazó frente a otras maestras. “Me puse nerviosa, él se dio cuenta porque mide como 1.90 y es grandote. Dos padres policías le sacaron de la salita”.

Después de este grave episodio, la joven hizo la primera denuncia ante el juzgado de violencia familiar y le dieron el botón anti pánico y la medida de restricción de acercamiento. Así se envió el caso al juzgado de instrucción N°1, donde permanece estancado, según dicen los abogados.

Al mes siguiente, las amenazas por parte de G. hacia la joven volvieron a aparecer. “Sabía todos mis movimientos”, contó y recordó cuando la perseguía con su auto y también la amenazó con asesinar a su padre y romper su casa. “Si vos hablas, vas a ver lo que te va a pasar”, le habría dicho.

 “Todo el tiempo ando acompañada. Me arrebató la libertad. Yo hacía un montón de cosas y ahora estoy cercenada, ni siquiera puedo ir a la casa de mis amigas porque las pongo en peligro a ellas también. Estoy todo el tiempo en alerta y no puedo dormir. Siento que él me va a venir a matar”, manifestó la joven.

Y asegura que las situaciones de amedrentamiento continuaron.

La joven dijo que el 6 de junio, G. rompió el neumático del auto de la joven mientras ella estaba cenando en la casa de su prima. A raíz de esto, la víctima decidió realizar la segunda denuncia en la Comisaría de la Mujer Zona Oeste. “La Policía me trató muy mal. Me dijo la oficial: ‘Rompió las cubiertas pero a vos no te hizo nada’”, recordó indignada.

Contó asimismo que el 27 de junio ocurrió otro incidente en la escuela cuando el hombre rompió y cortó con cuchillos nuevamente las cubiertas del auto de la muchacha. Con testigos que prueban el ataque y el incumplimiento de la restricción de acercamiento, la joven realizó la tercera denuncia. La misma oficial de la denuncia anterior la atendió y volvió a dudar de la víctima. “Se pidió la orden de captura y G. permaneció detenido menos de 24 horas, hasta que volvió a la calle”, indican los abogados.

Así lo relató el abogado defensor  Orlando Bordón: “Cuando ella aprieta el botón anti pánico, la policía llega a la escuela y le dicen ‘para qué llamaste si acá no pasa nada, pensamos que era una emergencia, solo te pinchó los neumáticos y a vos no te hizo nada’. Ese día él cayó preso y al otro día salió”.

Continuó el abogado: “Nos parece muy grave todo lo que está pasando, por eso acudimos a los medios. Queremos que ella y su familia puedan volver a tener una vida en paz, con seguridad. No pueden dejarla sola. Esto les cambió la vida a todos, sobre todo a ella”.

La institución donde trabaja la joven puso custodia dos días a la semana. “Los padres quieren una garantía de seguridad para sus hijos, porque cualquiera no puede entrar a la escuela”, dijo la víctima.

El último fin de semana, la muchacha acudió a la Línea 137 y contó: “Me atendieron muy bien, me acompañaron y no podían creer que la Justicia no hizo nada. Quiero que esta persona no le haga a nadie más esto que me está haciendo a mí”.

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