A casi 6 años de la violación y posterior asesinato de Taty Piñeiro su familia sigue reclamando justicia

Lieni Itatí Piñeiro tenía 18 años cuando fue hallada degollada al costado de una escuela en construcción en Puerto Esperanza. Horas más tarde, las pericias confirmaban que había sido salvajemente violada antes de su asesinato. Por el hecho detuvieron a Hernán Céspedes, su conocido también de 18 años, quien fue detenido y terminó ahorcándose en la celda de la comisaría de Puerto Iguazú. Hoy, Rosa González, madre de Lieni denuncia que la causa no avanza, y a pesar de que hay pruebas genéticas que pesan sobre Céspedes, insiste en que hay impunidad, que recibió amenazas, aprietes y pidió la ayuda de toda la sociedad.

 

A continuación la carta que envió la mamá de Taty a los medios de prensa:

Hola soy Rosa González mama de Taty Piñeiro por la presente comunico una solicitud muy especial a todas las mujeres, movimientos y organizaciones sociales junto con los medios comunicativos, que estuvieron a mi lado  en diferentes momentos, el apoyo y  acompañamiento de esta  lucha que vengo llevando ya hace mucho tiempo y que  aun no eh tenido ninguna respuesta de parte de la justicia. Por esto hago esta solicitud  para que me ayuden a visibilizar la causa y que se expanda a cada rincón posible, para hacer pie también en otros hechos que pasaron y siguen pasando impunemente.

Además de conmemorar también que se cumple un año más de su macabro asesinato y también hacerle saber, que decidí llevar a cabo un evento, jornada taller, junto con el doctor Matias Ochoteco, abogado actual de la causa el  día 12 y 13 para visibilizar y profundizar en lo legal, y darle más fuerza. Se va llevar a cabo en el auditórium del museo Aníbal cambas.

Hoy  nuevamente necesito que el  pueblo empuje la historia que ocurrió en el 2012, la historia de un aberrante crimen, el de mi hija, Taty Piñeiro, que no solo finalizó ahí, si no que vino acompañado de abusos de parte de las autoridades y de la policía que silenciaron a un pueblo a base de amenazas y torturas. Basta de femicidios, basta de gobernantes impunes y de una justicia ciega. Ni una menos. Taty Piñeiro presente ahora y siempre.

 

Los restos de Lieni “Taty” Piñeiro fueron encontrados ceca de las 5 de la mañana en un trillo que divide a los barrios El Progreso y Esperanza II de la localidad de Puerto Esperanza. A  200 metros de la casa del único sospechoso de la causa, Hernán Céspedes. La imagen era de una barbarie impensada. Un enorme charco de sangre y el cadáver de una chica a la que le cortaron la garganta y asesinaron, tras haberla golpeado y violado salvajemente.

 

 

Al otro día del hallazgo el entonces juez de la causa, Juan Pablo Fernández Rissi, ordenó la detención de Hernán Céspedes, el conocido de Taty y compañero de colegio. El sábado 21 de julio, fue trasladado a la Unidad Regional V de Iguazú, donde debería permanecer hasta el lunes en que sería llevado a indagatoria. Pero en la madrugada del domingo, se encontró al joven colgado en su celda y su declaración prevista para el lunes nunca se obtuvo.

 

 

Lo que vino después fue un desconcierto total porque a la fecha, es causa de investigación cómo Hernán obtuvo los elementos necesarios para quitarse la vida colándose en la celda sin que esto fuera advertido por el personal policial.  A la investigación se sumaron cientos de versiones que contradecían las teorías de que el brutal crimen había sido resuelto. Algunos deslizaban la idea de que el chico, por culpa se había quitado la vida, lo que no se sabía hasta el momento era lo que vivió antes de que lo hallaran muerto. Su propia madre declaró ante la justicia- y consta en el expediente – qué le dijo su hijo la última vez que lo vio en la comisaría. “abrieron el candado y me dejaron verle tres minutos. Me pidió que no lo abrace, porque había estado encadenado a una barra por la espalda, y le dolía todos los brazos, la espalda, lo abracé por las piernas. Tenía golpes por todos lados, me habló al oído y bien clarito me dijo ‘Mami, me están matando, la Policía demasiado quiere que yo diga que fui el que mató a Taty, me están cagando a palos, me ponen bolsas en la cara para asfixiarme, y me están amenazando mamita, creo que no voy a volverte a ver mamá’”.

“Cuando se pudo ver el cuerpo, tenía rotos los huesos, marcas de quemadura de cigarrillo, las manos lastimadas, por todos lados marcas de que fue terriblemente torturado, hay testigos de todos esto que el juez (Fernandez Rissi) no quiso escuchar, a mi hijo lo golpearon hasta matarlo, justo unas horas antes que declare, es una terrible mentira lo del suicidio, eso no va a quedar así”, añadió la mujer.

 

Un año después, en septiembre de 2013 el nuevo juez de la causa, Roberto Saldaña, ordenó que exhumaran los dos cuerpos- el de Taty y el de Hernán – para someterlos a nuevas pericias.

 

 

Céspedes fue el único sospechoso investigado por el caso. En base a muestras que se tomaron tanto del cuerpo del muchacho como de la chica asesinada, la Unidad de Análisis de ADN del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioqímicos de Capital Federal, a cargo del reconocido experto Gustavo Penacino, hizo una serie de estudios que determinaron:

A- En los hisopados anales se comprobó la presencia de material biológico de Lieni Itatí Piñeiro y de un individuo cuyo patrón genético coincide con la sangre de Norberto Hernán Céspedes, con una probabilidad de coincidencia superior al 99,99 por ciento.

B- En las uñas de la mano derecha se comprobó la presencia de material biológico de Piñeiro y de vestigios de un individuo cuyo patrón genético coincide con la sangre de Norberto Hernán Céspedes con una probabilidad de coincidencia superior al 99,99 por ciento.

C- En los hisopados vaginales, tierra piso pastizal (escena del crimen), piedra pastizal ovalada, piedra pastizal triangular, trozo metálico hoja navaja, capucha de campera, motocicleta CXR-574 (propiedad de Céspedes), pantalón de jean, pelo del casco de motocicleta y un chicle, se halló material biológico atribuible únicamente a Lieni Itatí Piñeiro, con una probabilidad de coincidencia superior al 99,99 por ciento en cada caso.

Para la Justicia no hay dudas: el asesino fue Céspedes.

 

El tema es que para las familias de Lieni y de Céspedes hay «otros autores e intereses» para que la causa se cierre ahí, no hay ánimos de buscar a quienes fueron los verdaderos culpables o cómplices. Se habló de vínculos con el poder político y connivencia policial, e incluso la hermana Marta Pelloni, emblema lucha de la familia de María Soledad Morales quien fue al igual que Taty, violada y asesinada, y cuyo crimen involucró a los denominados  “hijos del poder” en la Provincia de Catamarca, en 1990, participó de las marchas que se hicieron en Misiones. La monja había dicho que había similitudes con el caso María Soledad y que por eso acompañaba a la familia en busca de todos los responsables.

 

 

Si bien la justicia determinó la participación de Céspedes, para la familia de la chica, no actuó solo y «murió sin poder declarar». Todo esto llevó a que las dos familias organizaran varias machar juntas pidiendo justicia por la muerte de sus hijos. Por un lado uno de los femicidios que enlutó a la sociedad misionera y  por otro, un suicido que dejó una investigación abierta y cuyas responsabilidades aún se tratan de determinar.

 

 

 

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