Elecciones presidenciales en México: el centroizquierdista López Obrador con la lucha contra los narcos y la corrupción como bandera

El centroizquierdista López Obrador ganó en México con la lucha contra los narcos y la corrupción como bandera. El nuevo presidente asumirá sus funciones el 1° de diciembre

Hartos de la corrupción, de la extrema pobreza y de la colosal violencia del narcotráfico que desangra al país, los mexicanos le dieron este domingo la presidencia al centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien hizo campaña esgrimiendo esas banderas de lucha y proclamando su rechazo a “las mafias del poder”. En su primer conteo, la autoridad electoral mexicana le dio la victoria por más de 30 puntos, en una virtual confirmación de lo anticipado por las encuestas previas y por los sondeos privados.

El Instituto Nacional Electoral le dio a López Obrador entre el 53% y el 53,8% de los sufragios en el conteo rápido presidencial, con amplia distancia respecto a los otros candidatos. Ricardo Anaya, de una coalición de derecha e izquierdas liderada por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), tiene entre el 22,8% y el 22,1%. José Antonio Meade, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), se sitúa entre el 16,3% y el 15,7%. Por último, Jaime Rodríguez Calderón, más conocido como «El Bronco» y el primer candidato independiente, reunió entre el 5,5% y el 5,3%.

El triunfo electoral de López Obrador ya había recibido el respaldo de los sondeos privados. Consulta Mitofsky le adjudicó entre el 43% y el 49% de los votos, mientras que el diario El Financiero le dio el 49% y el Gabinete de Comunicación Estratégica 43,2%, unos 20 puntos sobre el segundo en liza, Anaya, que logró entre el 27 % y el 23 % de los sufragios. Meade llegó tercero con entre el 22 % y el 26 % de las boletas.

Adelantándose al primer recuento oficial de votos, Meade y Anaya reconocieron la derrota y desearon “mucho éxito” al nuevo mandatario. Anaya explicó que había llamado a López Obrador para felicitarle por su victoria, teniendo en cuenta la tendencia de los sondeos a boca de urna.

Pero la marea de apoyos en favor del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador no sólo benefició al candidato a presidente. La agrupación se imponía en seis de las nueve 9 gobernaciones en disputa en el país, entre ellas, la estratégica alcaldía de la ciudad de México donde Claudia Sheinbaum obtenía entre el 47,5 % y el 55,5 % de los votos.

Es esta la tercera vez que AMLO, como se conoce popularmente a López Obrador, se postula a la presidencia después de sus intentos en 2006, donde perdió ante Felipe Calderón del Partido Nacional (PAN), y en 2012, ante Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“Este es un día histórico”, dijo a la prensa López Obrador antes de votar en unas elecciones marcadas por la violencia con al menos 145 políticos asesinados desde septiembre (de ellos 48 eran precandidatos y candidatos), cuando se inició el proceso electoral. Un número significativamente mayor al registrado en 2012, cuando nueve políticos y un candidato fueron asesinados.

Además de elegir presidente por un período de seis años y sin reelección, unos 89 millones de mexicanos fueron convocados para votar gobernadores, alcaldes, senadores y diputados locales y federales entre los más de 18.000 puestos en disputa. Se trata de la primera vez que se eligen tantos cargos en un solo proceso.

Todos los candidatos prometieron luchar contra la violencia y la corrupción. Pero López Obrador, de 64 años, ha sabido capitalizar ese hartazgo en México, tras un sexenio de gobierno de Enrique Peña Nieto, marcado por la corrupción y denuncias de violaciones a derechos humanos.

En su proyecto de nación 2018-2024, AMLO pretende un rescate del campo, revisar millonarios contratos derivados de la reforma energética, un gobierno “austero, sin lujos ni privilegios” y reducir sueldos de altos funcionarios públicos hasta en un 50%. Todo para incrementar programas sociales y reducir la pobreza. El problema es que muchos mexicanos y analistas le critican una falta de propuestas concretas, bajo una retórica “populista” que podría conducir al país por la misma senda de la crisis económica en Venezuela. López Obrador, de 64 años, aseguró que su victoria supondrá una transformación tan profunda y radical como la independencia o la revolución, pero sin derramamiento de sangre.

La jornada transcurrió con calma aunque no faltaron algunos incidentes aislados. En la zona serrana de Veracruz, por ejemplo, una casilla fue cerrada durante unas horas debido a la presencia de hombres armados Aunque las grandes empresas desconfían de Obrador y temen un regreso del proteccionismo, uno de los factores que han alimentado su apoyo es la creciente desconfianza de la gente hacia los partidos tradicionales.

 

La presidencia del país sólo ha estado en manos del PRI, durante la mayor parte del siglo XX y es el que gobierna actualmente. El PAN gobernó de 2000 a 2012. A ambos los llama López Obrador “la mafia del poder”. Por mucho que el Instituto Nacional Electoral dijera que ningún tipo de irregularidades era posible, los ciudadanos siguen sin confiar en sus instituciones. Por encima de ideologías, los comicios se convirtieron en una suerte de referendo sobre la corrupción de funcionarios que desviaron recursos del Estado y sobre la violencia, que mantiene su goteo diario de muertos y los altos índices de ataques contra políticos antes del comicio.

 

Fuente: Clarín

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