La historia detrás de Voltu, la moto eléctrica que se fabricará en Posadas

El fundador de la empresa RETSA y el diseñador del vehículo dieron una charla magistral en la Universidad Gastón Dachary. Subrayaron que lo importante para desarrollar un proyecto es estar convencido y sumar aliados. Convertida en una firma global, fabricará en el Parque Industrial de Posadas los componentes de la moto eléctrica para el mercado local y regional.

Todo comenzó en el año 2.010 cuando Guillermo Gebhart, un bioingeniero y docente de Robótica de la Facultad de Ingeniería de Entre Ríos, decidió dar un paso más en sus investigaciones y comenzó el proyecto de una moto con propulsión eléctrica. Tiempo después sumó a su hermano y más tarde tejió alianzas con otros profesionales, como el caso de Juan Maronese quien aportó el diseño para Voltu, la primera motocicleta eléctrica con sello argentino.

Bajo la sigla RETSA (Reisender Electronic Technology S.A.) esta empresa ya se instaló en el Parque Industrial de Posadas, donde fabricarán los vehículos y las baterías de litio que las impulsarán.

Este viernes por la noche ambos emprendedores brindaron una charla magistral en el auditorium de la Universidad Gastón Dacahary. Allí transmitieron la experiencia y los avatares que significan desarrollar tecnología e innovación desde la periferia del mundo. “El principal desafío en países como la Argentina es animarse a hacerlo, es arrancar y no bajar los brazos. En este camino es muy importante asociarse a otras personas, a los inversores. Si uno está convencido de su idea y habla desde ése lugar, la termina ‘vendiendo’ y convenciendo al resto. Incluso, no hay que tener miedo y, si no se tiene esa habilidad de vender, hay que asociarse a quien lo pueda hacer”, subrayó Gehbart, minutos antes de iniciar su exposición.

La showcase de la firma, la moto Voltu, tiene como principal característica un motor alimentado con una batería integrada por celdas de litio, refrigerada de tal modo que ocupa poco espacio, tiene una prolongada autonomía y se recarga rápidamente. “Desde un tomacorrientes hogareño podemos hacer una carga rápida del 85% en media hora a cuarenta minutos”, remarcó.

Si bien la génesis de la idea se dio en Paraná, los pasos posteriores y las características del proyecto llevaron a incorporar profesionales de distintas partes del mundo, y también a abrir una oficina en los Estados Unidos. Conocedores de que el futuro ya llegó, se proponen convertirse en proveedores para todo lo relacionado con sistemas de almacenamiento y tecnología de vehículos eléctricos.

En la industria de las motos un factor que no se puede soslayar es la apariencia exterior. Por este motivo, uno de los primeros aliados de Gebhart fue Juan Maronese ; un especialista en diseño que se fue de Buenos Aires a Italia para realizar una pasantía en la FIAT, terminó quedándose allá y fundando su propia empresa. Su experiencia en Europa le permitió volcar en Voltu ideas innovadoras y acordes a las tendencias de los amantes de las motos.

Para este emprendedor, que dejó cuarto año de su carrera en la UBA para viajar a Europa, es fundamental “salir al mundo” y aceptar los retos que propone llevar adelante un proyecto o una profesión.

“Mientras estudiaba no lograba que me expliquen bien cómo trabajar sobre Diseño Industrial, creo que a nivel local hay muchas limitaciones y faltan casos de estudio acerca de diseñadores trabajando en industrias. Hay que animarse a proponer porque en Argentina y en el resto del mundo hay concursos. Por este camino se puede terminar trabajando en cualquier lugar del mundo”, señaló Maronese.

De su vida laboral en el exterior rescata que no se discrimina el origen de la materia gris; por el contrario, existe avidez por las ideas y la innovación. “Salir al mundo te brinda una apertura que acá no se encuentra. La experiencia de recorrer el mundo, lugares, pasantías en empresas proporciona un panorama general del diseño global”, indicó y añadió que una de las cuestiones que más llama la atención es la preocupación que existe en el exterior por incorporar diseño a objetos y elementos de la vida cotidiana. “Esto te abre mucho la cabeza. Luego se puede volver con muchas ideas y gestionar un proyecto propio”, aseveró.

Potencia y autonomía

La Voltu puede acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3,9 segundos gracias a su motor de 100HP con un torque máximo de 250Nm (5100 RPM). La velocidad máxima es de 180 km/h limitada electrónicamente.

Otro dato que llama la atención es la autonomía de 350 km, que para uso semanal permite cargar la moto cada par de días o inclusive una vez por semana.

Se logra esta autonomía a través de una batería de Ion-litio de 16,4 kWh de acumulación constituido con más de 1800 pilas individuales. La carga al 85% se logra en solo 40 minutos y la vida útil de la batería está calculada en más de 500.000 kilómetros, una cantidad comparable con la de cualquier automóvil y mayor a la de las motos a combustible fósil.

Las luces son todas LED con un consumo mínimo en armonía con el resto del vehículo. El sistema central es el cerebro de la moto y controla todas las variables como la aceleración, velocidad máxima, temperatura de la batería a través de sistema de refrigeración por agua.

Además la Voltu cuenta con un sistema de comunicación que incluye GPS, Bluetooth y conexión celular 4G. No tiene llave, por lo que se enciende la moto solo con un código y con el sistema se puede rastrear la moto a través del celular. Todas las características son configurables por el usuario a través de una pantalla táctil de 7 pulgadas de alta luminosidad basada en sistema operativo Android. Permite configurar el tablero, utilizar el GPS incorporado y hasta escuchar música a través de Bluetooth o Wi-Fi. La moto cuenta inclusive con cámaras frontal y posterior incorporadas para ir filmando los viajes y subir los videos a las redes sociales.

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