Tras el veto la Marcha Federal llegó a Plaza de Mayo y los organizadores piden un paro nacional

El primer orador del acto central de la movilización «Contra el ajuste, por pan y trabajo», el dirigente Daniel Menéndez reclamó la convocatoria a un paro nacional activo y sostuvo que los movimientos sociales están dispuestos a «poner el pecho para defender la paz». El titular del gremio de Canillitas y ex diputado nacional Omar Plaini, poco antes, exhortó a la oposición a «transformar esta protesta en un movimiento alternativo».

Organizaciones sociales, gremiales y políticas comenzaron a concentrarse esta mañana en distintos puntos del centro porteño y el Conurbano, para sumarse al mediodía a la llegada de la Marcha Federal de los Movimientos Sociales, que durante toda la semana recorrió el país “Contra el ajuste, por pan y trabajo”. El veto presidencial de ayer sumó una nueva bandera al reclamo –contra el veto- y mudó la marcha principal del Congreso a la Plaza de Mayo, para que el repudio al ajuste y la política tarifaria del gobierno de Cambiemos lleguen directo a la Casa Rosada.

«A lo largo de la historia estos ajustes terminan con hechos complicados, y nosotros queremos llamar al gobierno a la paz. El veto es una señal muy complicada porque rompe todos los puentes de diálogo. Un ajuste como el propuesto pone en riesgo la paz social», sostuvo Daniel Menéndez, dirigente de Barrios de Pie, desde el acampe de su organización en Liniers. Desde allí, los manifestantes avanzarán por la avenida Rivadavia hasta Plaza de Mayo.

Para Menéndez «sobran motivos para un paro nacional”. El dirigente espera que esta marcha federal “sea una oportunidad para que haya un paro activo con una señal muy nítida contra esta política económica».

Además de los movimientos sociales, el repudió al veto de Macri, el tarifazo y las políticas de ajuste sumó más adhesiones a la convocatoria. Los docentes de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), por ejemplo, que a primera hora se movilizaron desde la villa 21 hasta los tribunales porteños para acompañar a la familia de un joven torturado por la Prefectura en 2016, se sumarán en apoyo a los movimientos sociales desde la 9 de Julio y Avenida de Mayo.

Organizaciones sociales, gremiales y políticas comenzaron a concentrarse esta mañana en distintos puntos del centro porteño y el Conurbano, para sumarse al mediodía a la llegada de la Marcha Federal de los Movimientos Sociales, que durante toda la semana recorrió el país “Contra el ajuste, por pan y trabajo”. El veto presidencial de ayer sumó una nueva bandera al reclamo –contra el veto- y mudó la marcha principal del Congreso a la Plaza de Mayo, para que el repudio al ajuste y la política tarifaria del gobierno de Cambiemos lleguen directo a la Casa Rosada.

«A lo largo de la historia estos ajustes terminan con hechos complicados, y nosotros queremos llamar al gobierno a la paz. El veto es una señal muy complicada porque rompe todos los puentes de diálogo. Un ajuste como el propuesto pone en riesgo la paz social», sostuvo Daniel Menéndez, dirigente de Barrios de Pie, desde el acampe de su organización en Liniers. Desde allí, los manifestantes avanzarán por la avenida Rivada

Para Menéndez «sobran motivos para un paro nacional”. El dirigente espera que esta marcha federal “sea una oportunidad para que haya un paro activo con una señal muy nítida contra esta política económica».

Además de los movimientos sociales, el repudió al veto de Macri, el tarifazo y las políticas de ajuste sumó más adhesiones a la convocatoria. Los docentes de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), por ejemplo, que a primera hora se movilizaron desde la villa 21 hasta los tribunales porteños para acompañar a la familia de un joven torturado por la Prefectura en 2016, se sumarán en apoyo a los movimientos sociales desde la 9 de Julio y Avenida de Mayo.

El Partido Obrero y otras agrupaciones de izquierda convocaron como punto de concentración el Obelisco. Desde ahí, se sumarán a la columna de la Marcha Federal y también avanzarán hacia la Plaza de Mayo. «El veto presidencial no sólo es la vía libre para los últimos aumentos del gas y la luz, después de dos años con tarifazos del 1.000 al 1.500 por ciento. Es también la garantía de que las tarifas seguirán dolarizadas», remarcaron desde el PO, que adjudicaron el ajuste al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Fuente: Página 12

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