Código de Nocturnidad: «Queremos trabajar para crear una noche segura y divertida para los posadeños»

Así lo explicó el concejal Martín Arjol, principal impulsor del proyecto para modificar la normativa que rige la noche en la capital misionera. El boceto busca prohibir las denominadas «fiestas clandestinas», regular el derecho de admisión en locales bailables y que haya un control en la preparación del personal de seguridad, entre otros ejes.

En la mañana de hoy, la Comisión de Legislación General del Concejo Deliberante posadeño volvió a reunirse para continuar con la elaboración del nuevo Código de Nocturnidad que buscará implementarse en la capital misionera. Para la ocasión fue invitado Flavio Acosta, asesor de seguridad con certificado internacional.

«Venimos teniendo charlas con distintos sectores. Creemos que el Código de Nocturnidad abarca varias normativas, varios actores de la ciudad. En ese ámbito, queremos darle desde el Concejo un tratamiento integral, escuchando todas las partes involucradas: desde los propietarios de boliches hasta los mismo jóvenes, que son en definitiva a quienes queremos dar una noche segura», explicó el concejal Martín Arjol, principal impulsor de la medida.

«Hoy invitamos a profesionales del ámbito de seguridad para ver cómo trabajamos también en eso: en el registro, en que ese personal -los denominados ‘controladores’- sea idóneo, capacitado», especificó el edil. En la actualidad, el municipio exige que los encargados de ofrecer seguridad en los locales nocturnos se inscriban en forma particular a un registro que exige ciertos requisitos. «Nosotros lo que queremos plantear es que, además de esos requisitos, también haya un control por parte del municipio», sostuvo Arjol, quien consideró que la solución sería adherirse a la normativa nacional de espectáculos públicos, que «regula la función de los controladores de manera mucho más acabada que la municipal».

La medida es complementaria a la regulación del derecho de admisión a los recintos bailables y bares, también contemplada en el nuevo código, ya que «el anterior tenía una regulación bastante vaga. Queremos darle un marco normativo. Contamos con la presencia del director del INADI, Julián Señuk, y él nos decía que recibe muchas denuncias por actos de discriminación de muchos lugares porque no dejan entrar a ciertas personas. A partir de ahí lo que queremos trabajar es que la normativa del derecho de admisión sea una normativa y no caigamos en una situación de discriminación».

En ese sentido, el concejal de Cambiemos explicó que, cuando se ejerce el derecho de admisión, «se hace en base a una actividad o temática que se va a llevar adelante en ese boliche. Si vos hacés por ejemplo una peña folklórica, seguramente el derecho de admisión va a versar sobre la vestimenta que cada uno va a utilizar. Los términos para ejercer ese derecho deben estar individualizados en la entrada del boliche o lugar bailable. No puede ser que el derecho de admisión, como se ejerce en algunos lugares, hoy se ejerza a la buena voluntad de quién está en la entrada», alguien que elija quién sí y quién no arbitrariamente: «Esa respuesta produce un hecho de discriminación y válidamente quien se siente en esa situación puede concurrir al INADI».

«Esas cuestiones traen estos sinsabores de que uno se pone en esta situación firme, pero esto tiene que ser así: los que somos padres queremos que nuestros chicos salgan y pueden disfrutar de una noche segura en un lugar que esté habilitado, controlado por el municipio, en donde esté controlado el expendio de bebidas alcohólicas», manifestó Arjol.

Por último, el concejal posadeño se refirió al otro eje de la normativa que se espera sancionar «en estos meses»: la prohibición de las denominadas «fiestas clandestinas». En primer término, estableció la diferencia de estas con las fiestas privadas de tipo particular, que «con tranquilidad la gente va a poder seguir celebrando. Nosotros no queremos prohibir la celebración, que la gente se pueda divertir y pueda festejar un cumpleaños».

Las fiestas clandestinas, entonces, son aquellas en las que «hay un acto comercial, un cobro de entradas y se venden bebidas alcohólicas; y todo eso se hace sin control del Estado. Sería muy injusto -que se sigan realizando- por dos cuestiones: primero porque esos que lo hacen clandestinamente terminan compitiendo con los que todo el año trabajan en la noche, generan ingresos para el municipio y generan trabajo. Además, está el tema de seguridad: cuando yo autorizo a mi hijo a salir, quiero que vaya a un lugar donde haya un control de contingencia; si hay un incendio, que haya puertas del tamaño suficiente para que puedan salir, que esté el control municipal. En esas fiestas en las que hay un acto comercial».

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