Más de 30 muertos en Gaza: el ejército israelí abatió a tiros a palestinos que se dirigían hacia la frontera

La marcha contra el traslado de la Embajada de EE UU se convirtió en la protesta más sangrienta en Gaza.

Gaza vive este lunes la jornada más sangrienta desde que se inició la ola de protestas masivas palestinas el pasado 30 de marzo, cuando se registraron 17 muertos. La marcha de decenas de miles de gazatíes —que lazaron piedras y neumáticos ardiendo— contra el traslado de la Embajada de EE UU a Jerusalén se ha cobrado la vida de al menos 37 manifestantes y ha causado centenares de heridos de bala en el límite de Franja con Israel por disparos de los soldados, según informan fuentes sanitarias del enclave costero. Un balance de víctimas sin precedentes en una sola jornada desde la guerra de 2014 en Gaza. Un portavoz castrense israelí aseguró que, pese a las advertencias lanzadas por el Ejército, más de 35.000 palestinos están participando en los disturbios en más de una docena de puntos de la valla de separación con bombas incendiarias y explosivos. La frontera ha sido declarada zona militar cerrada.

El enclave costero mediterráneo vive una huelga general en la que han sido clausurados centros oficiales y educativos, así como los comercios. El traslado de la Embajada coincide con el 70º aniversario de la creación del Estado hebreo, según el calendario gregoriano. La fecha también señala la víspera del Día de la Nakba (desastre en árabe), en el que los palestinos recuerdan siete décadas de exilio y de pérdida de territorios.

Desde el pasado 30 de abril, la llamada Gran Marcha del Retorno ha suscitado masivas manifestaciones en el límite de la franja de Gaza con Israel, que se han saldado con 54 muertos —el último, el pasado viernes— y centenares de heridos por disparos de los soldados.

El Ejército ha advertido a la población del enclave costero, mediante octavillas escritas en árabe lanzadas desde aviones, de que no se acerque a la valla de separación. “Se ha previsto un aumento de las unidades de combate, fuerzas especiales, servicios de inteligencia y compañías de francotiradores”, precisó un comunicado castrense.

La tensión se eleva mientras tanto en Jerusalén. A las cuatro de la tarde (las 15.00, hora peninsular española, 13.00 GMT) está prevista la ceremonia oficial de apertura de la Embajada norteamericana en Israel, trasladada desde Tel Aviv por una decisión de la Casa Blanca que ha roto el consenso internacional. La delegación estadounidense está integrada por Ivanka Trump, hija del mandatario, y su esposo, Jared Kushner, asesor presidencial que ha viajado a Oriente Próximo; así como el secretario de Tesoro, Steve Mnuchin, y el subsecretario de Estado, John Sullivan.

La Embajada de Estados Unidos abrirá sus puertas de forma provisional en una oficina consular ya existente en un distrito periférico del sur de la ciudad. Se ubicará en plena Línea Verde, la tierra de nadie o zona tapón que separó la parte occidental —donde Israel instaló su capital tras su nacimiento, hace hoy 70 años— de la zona Este —entonces con mayoría de población palestina y bajo administración jordana—, que incluye la Ciudad Vieja y los santos lugares de las tres religiones monoteístas.

Junto a las banderas israelíes, centenares de enseñas estadounidenses ondean en las calles de Jerusalén al lado de carteles gigantes que rezan: “Trump hace grande a Israel de nuevo”.

La policía israelí ha reforzado con un millar de agentes la zona de la Embajada estadounidense en el distrito de Talpiot Este. Organizaciones propalestinas han convocado para la hora de la ceremonia de apertura una concentración ante la nueva legación de EE UU.

Pero las fuerzas de seguridad temen ante todo que las protestas se desborden en los puestos de control y vigilancia militar situados en las fronteras de Gaza y Cisjordania, donde han sido despachadas con urgencia tres brigadas de infantería. Varias brigadas del Ejército se han desplegado en torno a Cisjordania y Gaza ante el previsto auge de una ola de protestas palestinas que amenaza con desbordarse con el cambio de sede diplomática.

El primer ministro palestino, Rami Hamdala, condenó el traslado la Embajada de EE UU en la víspera de la Nakba. “La Nakba representa una serie de tragedias colectivas que se plasmó en la destrucción de al menos 418 poblaciones y el desplazamiento forzoso del 70% de nuestro pueblo”, aseguró Hamdala en un comunicado oficial citado por Efe. El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, afirmó que el traslado de la legación diplomática desde Tel Aviv supone “un infame acto hostil contra el derecho internacional y contra el pueblo de Palestina, que coloca a Estados Unidos del lado de la potencia ocupante, Israel”.

Fuente: El País

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