Un puñado de buenas intenciones y el convencimiento profundo de que se va a lograr no es suficiente

¿Logrará el equipo económico de Cambiemos controlar la inflación?. De ser así, ¿quién se llevará los laureles?. Se sabe que la derrota es huérfana, pero todos quieren ser los padres del triunfo y porque no la madre, para que no suene tan machista.

Es que por el momento, hay muchos jugadores en este video gameon line en que ha convertido la lucha contra la inflación, con una receta totalmente opuesta al gobierno anterior pero con resultados realmente decepcionantes.

A saber, y sin respetar lo que indique el protocolo, está en el juego el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, el ministro Coordinador de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Energía, Juan José Aranguren y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Federico Stutzenegger.

A este grupo de funcionarios de primera línea, debemos considerar a quienes juegan en la segunda línea, como Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, de alta consideración en la estima del presidente Mauricio Macri.

La meta de inflación que en el Presupuesto aprobado por el Congreso de la Nación, estaba calculada en un 9 por ciento y recalculada por la Jefatura de Gabinete el 28 de diciembre de 2017  en que Marcos Peña, flanqueado por Dujovne y Caputo, lo hizo anunciar a Stutzenegger que se elevaba a un 15 por ciento para el año 2018.

Transcurridos apenas tres meses del año la inflación mensual o medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC), como más les guste, no bajó del 2 por ciento mensual, lo que da una proyección anual de al menos 20 por ciento, que los analistas privados estiman en un 22-23 por ciento.

A todo esto, se publicó en la semana el informe anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) que si bien dice que las medida económicas tomadas por el Gobierno de Cambiemos van en el buen sentido, de acuerdo a las recetas del Fondo, estiman la inflación anual en un 19 por ciento, todas muy por encima del ya casi risible 15 por ciento en el que insisten desde el Ejecutivo nacional.

Ya casi no vale la pena citar cuando y como lo dijeron, pero en lo que va del año, desde el presidente Macri, hasta Marcos Peña, el último miércoles, vienen insistiendo en que lo “peor ya pasó» y en el convencimiento que tienen de que todo va bien encaminado y que se cumplirá con la meta del 15 por ciento de inflación.

Cuando se dio a conocer el IPC de marzo, el ministro Dujovne solo dijo que, “no era lo que esperábamos” y Stutzenegger amenazó con subir nuevamente la tasa de interés de referencia, pero después de la amenaza, al otro día la volvió a bajar (¿?).

Simultáneamente, la única petrolera que no había aumentado el precio de las naftas YPF, lo hizo también sumando su granito de arena a la presión sobre los precios.

En este escenario de aumento de combustibles, de tarifas, y presión alcista del dólar, después de haberlo negado sistemáticamente, admitió Stutzenegger una vez más en marzo, el impacto directo de la cotización del dólar en los precios del mercado interno y por ello, justificó la intervención diaria en el mercado de cambios que sostuvo desde principios de marzo y paralelamente mantuvo la tasa de interés de referencia en el mismo valor de semanas anteriores.

Estas medidas son justificadas en uno de los comunicados de política monetaria del BCRA por “divergencia con la presión sobre el valor del peso y su visión sobre la política monetaria”, que destacó, “generan estos impactos transitorios y seguirán en este rumbo hasta que la inflación descienda al sendero buscado”, en una clara confesión de pérdida del rumbo, Quien busca el sendero es porque perdió el rumbo.

Pero, como decíamos, la que sigue firme y no afloja frente a ninguna de las medidas monetaristas que adopta el equipo económico del Gobierno de Cambiemos es nuestra vieja conocida inflación que parecería fortalecerse semana a semana para el desconcierto de quienes sostienen que está bajando, o como asegura el presidente del Banco Central, Federico Stutzenegger, “va a empezar el proceso de desinflación”.

Este análisis no se hace desde lo académico, para eso están los economistas, solo desde lo empírico por quien ya pasó por estas políticas monetaristas en los 70 con  Martínez de Hoz, en los 90 con Domingo Cavallo, cuyo final ya conocemos y ahora con esta “ceocracia justificativa” de Cambiemos, con final incierto pero predecible.

 

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