La mujer, que fue atacada tras denunciar al Servicio Penitenciario Federal, presentará un diario íntimo para ratificar sus dichos.
Siguen surgiendo revelaciones en la causa por la desaparición de María Cash después de que una testigo denunciara a una banda del Servicio Penitenciario Federal como los presuntos autores del secuestro y muerte de la joven diseñadora. Esta mañana se espera que la mujer, que ahora tiene protección del Estado, ratifique sus dichos en en el Juzgado Federal 2 y presente, además, un diario íntimo que sería clave para probar su denuncia.
La testigo estuvo «presa» en su propia casa de la ciudad de Campo Quijano, en Salta hasta octubre de 2013, cuando la rescataron de la situación de esclavitud y cautiverio a la que la tenía sometida su propio esposo. En su declaración, aseguró que tanto él como otros miembros de la fuerza traían mujeres a ese lugar y las tenían encerradas y drogadas, para prostituirlas.
Una de esas mujeres, sostuvo la testigo, era María Cash. «Es más, su hijo mayor, hoy de 17 años, tiene en su memoria la misma información pues él, en ese entonces de 10, era el encargado de llevarle agua a las muchachas», señaló a El Tribuno su abogado, Sergio Chiericotti y reveló: «En el año 2013 ella dio aviso a la Justicia. Si se hubiese buscado a esa mujer en Campo Quijano quizá estaría hoy con vida, porque de lo que surge de lo relatado por mi clienta, María Cash habría sufrido una muerte seca».
«Ella reconoció a su exesposo y dijo que la ahorcaron, la drogaron con cápsulas y luego le tatuaron el cuerpo con leyendas como ‘el macho siempre gana’. Las peores lesiones las recibió en la cabeza; sufrió al menos 7 u 8 golpes, posiblemente culatazos, que la ensangrentaron entera», recordó. La agresión se dio unos días después de que la testigo viajara a Buenos Aires para presentar su denuncia.