Un macabro asesinato tuvo lugar el pasado jueves en una zona rural del oeste del estado de Nueva York. Una madre apuñaló y decapitó a su pequeño hijo de siete años.
Las autoridades detallaron que Hanane Mouhib, de 36 años, atacó por la espalda con un cuchillo de cocina a Abraham Cárdenas. Luego, le cortó el cuello. Mientras la mujer cometía el crimen, el padre del menor, la abuela y un hermano se encontraban en otra habitación de la casa, y no se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Todd Baxter, jefe de la policía del condado Monroe, declaró que cuando las autoridades llegaron a la casa «tuvieron que usar gas pimienta y una pistola paralizante para someter a Mouhib» porque la mujer se negaba a soltar el cuchillo.
Mouhib fue acusada de asesinato y trasladada a una cárcel sin derecho a fianza. «No hay absolutamente ninguna explicación para nosotros. La palabra ’maldad’ viene a la mente. Esta es una madre que le quitó la vida a su hijo», manifestó Baxter.
A principios de marzo, Mouhib había sido trasladada por la policía a un hospital psiquiátrico después de llamar al 911 en dos oportunidades para decir que no se sentía bien. La mujer permaneció allí casi tres semanas, hasta que los médicos le dieron el alta el pasado 26 de marzo.
Mouhib había trabajado como enfermera en ese centro de atención psiquiátrica, el Rochester Mental Healt Center, hasta enero de 2017.
