Caso Débora Pérez Volpin: los contradictorios testimonios de los médicos de la Trinidad investigados

Recién ahora se conoce el contenido de la declaración de las personas que estaban en el quirófano 6.

Esa tarde del 6 de febrero, Débora Pérez Volpin estaba rodeada de gente y cuando se produjo la crisis que derivó en su muerte, más gente entró para hacer algo. Y no pudieron hacer nada.

De los numerosos testimonios pedidos, hasta ahora sólo hay cuatro. Los relatos reconstruyen parte de lo que pasó en el quirófano 6. El espacio adonde la periodista perdió la vida en pocos minutos.

Los testigos cuentan lo que pasó, pero hay algunas diferencias que al juez le tocará analizar para ver por qué no coinciden o dicen cosas muy diferentes.

Miriam Eliana Frias, la instrumentadora que estaba en el quirófano 6 y participó de la endoscopía, cuenta que ella estaba en el quirófano pero que tuvo que salir a buscar más Propofol a pedido de la anestesióloga (el Propofol es un agente anestésico de corta duración para la inducción de la anestesia general). Cuando salió del quirófano la luz estaba a pleno. Cuando volvió, la luz ya estaba apagada.

17:25, dice la historia clínica: «Se suspende el procedimiento».

La testigo Frias dice que cuando volvió, los terapistas y la cardióloga se turnaban para las tareas de reanimación. Fueron varios los que practicaron RCP con intensidad. Incluso, el esternón de Débora se fracturó durante esas maniobras, según señala el periodista Luis Otero en TN.

La emergencia estaba declarada, el desenlace ya era inevitable, y Mónica Gabriela Assanelli Martinez, técnica en anestesiología en la zona de quirófanos, declaró que fue al quirófano 6 ante el llamado de emergencia.

Assanelli dijo que no vio al endoscopista hacer tareas de reanimación, que esas tareas las hacían las terapistas y la cardióloga. El testimonio coincide con el de Frias. En ese momento observó que la anestesióloga Nelida Inés Puente le insuflaba aire con la bolsa, el AMBU (del inglés Airway Mask Bag Unit) también conocido como resucitador manual.

En el mismo quirófano 6 también estaba Patricia Soledad Moronta, instrumentadora en la zona de quirófanos, y entró al quirófano 6 ante el llamado de emergencia. Pasaban los minutos y Pérez Volpin no reaccionaba. Moronta declaró en la causa que la primera persona que realizó las maniobras de reanimación fue la cardióloga, que se turnaba con los terapistas, para no perder intensidad y ritmo.

Moronta dice que vio a la anestesióloga con el AMBU, y que el endoscopista Diego Bialolenkier no estuvo en todo momento en el quirófano. Declaró: «Diego estaba sin hacer algo sobre la paciente».

La instrumentadora Moronta relató en su declaración que encendió el desfibrilador, como «siempre en casos de emergencia», pero dice que el desfibrilador «no se utilizó».

Un día después de estas declaraciones coincidentes, hubo otro testimonio, el de Andrea Liliana Villalba, que no concuerda del todo con los anteriores. La instrumentadora de la zona de quirófanos, que también acudió -según su declaración- al llamado de emergencia dice que sí vio a Bialolenkier participar de las tareas de reanimación, cosa que las anteriores habían negado.

Restan 17 testimonios de profesionales que aportarán lo que vieron y escucharon y probablemente haya diferencias también. En lo que no hay diferencias al parecer en la causa, es entre el informe preliminar de la autopsia, y el informe final.

El primero anticipó que «si bien la congestión y el edema pulmonar son la expresión final de una falla cardíaca, la misma es la consecuencia del barotrauma generado por el neumodiastino y el neumoperitoneo, los cuales estarían en relación con las maniobras instrumentales endoscópicas practicadas en la vía digestiva, dado el hallazgo de las lesiones descriptas en esófago y estómago se aguardan los resultados de la anatomía patológica para dar mayores detalles respecto de la existencia de perforaciones completas».

Sabemos que había 9 cortes provocados por el endoscopio. De 12 y 3 centímetros de largo, de 0,7 y 0,9 cm de ancho. Agrupados, longitudinales, lineales, paralelos. Como un arañazo en la región del esófago.

Los informes definitivos ya están, y el miércoles serán entregados. Todos los resultados de la autopsia de Débora están concluidos dijo una fuente indubitable. Se citó a los peritos de las partes para el miércoles 11 de abril a las 12.30 en la morgue judicial. Luego de ponerlos en conocimiento de los resultados, el informe completo será remitido a la fiscalía, al día siguiente.

Los resultados con relación a la causa de la muerte de Débora son concluyentes, categóricos y científicamente comprobados.

Los informes microscópicos e histopatológicos confirman lo que los forenses anticiparon durante la autopsia y están «avalados con aportes científicos nacionales e internacionales de la ciencia forense».

Está todo confirmado y para los peritos oficiales, según pudimos saber, no quedan dudas de lo que ocurrió el 6 de febrero a las 17:25, lo que no difiere del informe preliminar que ya se conoce.

El informe final de la autopsia confirma de manera contundente y fundamentada, que no hay ninguna enfermedad preexistente que haya contribuido con el desenlace fatal.

Débora murió, por lo que pasó en la endoscopía, y no por otra causa.

Deben realizarse pericias adicionales, recurriendo a las técnicas de la biomedicina o bioingeniería para estudiar los equipos endoscópicos utilizados, las conexiones de aire y oxígeno, y si funcionaban bien en ese momento.

La responsabilidad humana de los profesionales estaría comprobada: en principio del endoscopista, y secundariamente, de la anestesióloga. Resta que el tribunal, que por ahora se mantuvo a la espera de este informe y sin mucho movimiento efectivo, rechazando medida, evalúe y resuelva conforme a lo que consta en la causa, atribuyendo a cada uno lo suyo.

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