Crisis en Brasil: a pesar de que venció el plazo para entregarse, Lula sigue «atrincherado»

El ex mandatario de Brasil debía entregarse a las 17 en Curitiba según lo había dispuesto el juez Moro.

Luiz Inácio Lula da Silva sigue encerrado en el Sindicato de Metalúrgicos de San Pablo, donde se formó un cordón humano para evitar que las fuerzas de seguridad ingresen al lugar y se lleven detenido al líder y candidato a presidente el Partido de los Trabajadores.

Unos 30 mil manifestantes se agolpan en la puerta y llaman a resistir la orden de detención del juez Sergio Moro. Se esperaba que Lula se dirigiera a la multitud, pero finalmente eso no sucedió.

Fue la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, quien transmitió el mensaje de Lula a la multitud: «Traigo un fuerte abrazo de nuestro presidente Lula. Me pidió que les dijera de su agradecimiento por la solidaridad. San Bernardo es la cuna del nuevo sindicalismo. Este es el sindicato que Lula escogió para estar junto con el pueblo, los movimientos sociales y sindicales».

«Optamos por no ir a Curitiba no para confrontar con la justicia, sino porque no les vamos a dar el gusto en lo que ellos esperan: que vayamos de cabeza baja», continuó la dirigente. «El Sindicato de los Metalúrgicos de San Bernardo tiene una dirección pública y conocida por todos. Es aquí donde estamos y es aquí donde nos quedaremos», agregó.

«Estamos bajo la mirada del mundo. Todos nos acompañan en forma atenta. Lula no desobedeció una orden judicial. El juez de Curitiba le dio la opción de ir allá. Lula dijo ‘no’ y advirtió: ‘Voy a convertirme en un símbolo de la resistencia de los trabajadores'», completó Hoffman.

Minutos después, Lula se asomó y volvió a saludar a los manifestantes.

El discurso significó decir a la policía federal que serán sus agentes los que tendrán que arreglar cómo hacen para detenerlo. Lula estuvo todo el tiempo acompañado por los dirigentes de su partido, y de todas las agrupaciones que históricamente fueron sus aliadas. Estuvieron presentes inclusive organizaciones que se habían distanciado hace tiempo del PT.Y varias confederaciones sindicales.

Está claro que hoy se acabó la posibilidad de detener al dirigente. Pero esto podrá ocurrir mañana a partir de las 6 de la mañana. Posiblemente es lo que estuvo negociando, hasta ahora, la dirigencia petista junto con las cabezas de la Federal, que como se sabe responden al gobierno de Michel Temer. Nada sería peor para Brasilia, justo ahora, que tener que enfrentar a manifestantes que formaron una auténtica barrera humana. Y nada menos que para encarcelar al político que sigue primero en las encuestas. Por eso, la PF se negó a realizar un procedimiento «que signifique eventuales confrontaciones».

Mientras se sucedieron los encendidos discursos de dirigentes sindicales y de diferentes partidos de izquierda y se venció el plazo de entrega, un representante del PT pidió calma. «Tranquilidad», rogó el orador y aclaró que el ex mandatario está esperando en la central gremial. Y agregó: «Moro está esperando que se rompa la tranquilidad. Lula no está incumpliendo la ley. Está en este sindicato, que es un lugar conocido por todo el mundo».

Condenado en segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción, Lula tenía plazo hasta las 17 para entregarse voluntariamente a la Policía en la ciudad de Curitiba, después de que la Corte Suprema le negase un recurso de «habeas corpus» para evitar una orden de arresto.

«Atrincherado» en el segundo piso del edificio del gremio en San Bernardo del Campo, el ex mandatario no cumplió con la orden del juez Moro y siembra incertidumbre en la Policía Federal con su determinación de no entregarse en el sur de Brasil.

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